Esta semana hemos celebrado el vigésimo aniversario de la boda de los Reyes, Felipe y Letizia. Un día muy especial para ellos y para todos los españoles, pese a que aquel sábado de mayo de 2004, amaneció con el cielo encapotado que descargó lluvia intensa y hasta granizo, precisamente, cuando los novios tenían que hacer su entrada en la Catedral de la Almudena.

Dice el refranero que "novia mojada, novia afortunada" y, pese a todas las dificultades que sus majestades han tenido que superar a lo largo de estas dos décadas, su unión sigue fuerte y contra viento y marea.

Aquel mes de mayo fue lluvioso, nada especial si tenemos en cuenta que era primavera con su inestabilidad habitual. Pero suele ser tiempo de bodas como los meses de verano.

De cortar la corbata del novio a entrar bailando en el salón

Estamos en plena temporada de bodas y vienen meses muy intensos. Junio, julio y agosto son los meses por excelencia, los más elegidos por los novios para dar el paso a comprometerse para toda la vida con el vínculo del matrimonio.

Y son los tres meses preferidos para celebrar tan excelso acontecimiento porque, salvo alguna inclemencia poco esperada, es el tiempo atmosférico más estable. Esto permite a algunas parejas escoger exteriores incluso para la ceremonia, incluso fuera del templo. El banquete, por descontado, al aire libre.

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Hablando de la boda de los hoy Reyes de España hace 20 años, y echando la vista atrás, nos damos cuenta de cuánto han cambiado estas celebraciones.

Un repaso para el que hemos contado en Mediodía COPE con Óscar Jiménez de Salones Antonio de Lagartera en Toledo, "ya no se corta la tarta, cortar la liga de la novia también está obsoleto, no se suele pasar para pedir a los invitados que aporten dinero, ahora la cosa es más moderna como que entren los novios bailando al salón".

Baile que puede tener hasta coreografía y ¿qué pasa con la comida? Óscar lleva elaborando menús de boda en los últimos 30 años, "el formato de comida ha cambiado, ya no se tiende a comer tanta cantidad sino más calidad y los menús en mesa son más cortos y se han alargado los cócteles".

Novios que quieren un tigre en su boda o los que lanzan al vuelo 20 palomas

"Hubo unos novios que nos pidieron un tigre, nos lo tuvimos que pensar bastante y al final no pudo ser", confiesa Belén Morán, wedding planneru organizadora de bodas tanto en Madrid como en Jerez de la Frontera.

Hay muchas parejas que confian uno de los días más importantes de su vida a un wedding planner. Están ahí para organizarlo todo y evitar estrés y tensiones a los novios. Los organizadores son también conseguidores de todos esos detalles que harán que así pasen 20, 30 o 50 años los protagonistas, sobre todo, y los invitados recuerden el día de aquel enlace tan especial.

Lo último que ha conseguido para unos novios Belén Morán, y esta misma semana, ha sido "lanzar 20 palomas en una boda totalmente curiosa que se celebró en martes".

Ya es normal que los novios entren bailando al convite, con coreografía incluida, los photocall donde los invitados se hacen fotos atrevidas unos con otros y con los contrayentes, decoraciones temáticas y espectaculares, la presencia de un disc-jockey o DJ para pinchar la música e incluso grupos de reconocido prestigio si te lo puedes permitir. Los Europe actuaron en la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio en 2019.

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Las actuales bodas "son más divertidas que las de antes en las que en las más entretenidas se cortaba la corbata del novio y poco más. En las actuales hay desde discotecas hasta tatuadores", detalla Belén en Mediodía COPE.

"Tatuadores para los invitados porque los novios copian lo que ven en las redes sociales. Tatuajes reales para siempre", recalca Belén que se encarga de ir dirigiendo esos detalles.

Y ¿se sigue lanzando el ramo de novia? "depende de la boda, ahora lo más normal es que se lo regalen a un familiar, a una de las mamás o a la abuela, se lo llevan de recuerdo porque están de moda los ramos de flores preservadas que duran para siempre", explica la wedding planner que recuerda que lo que no pasa de moda es echar arroz a los novios para desearles prosperidad, abundancia y fertilidad.

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"El arroz no falla a veces tenemos que decirles a los invitados que paquetes, no, por favor", dice riendo y resaltando que en España, en las bodas "la gastronomía es lo más importante, cien por cien, el resto sí lo hemos cambiado bastante", concluye.