En España hay más de 3 millones de autónomos. Representan un pilar fundamental para nuestro país: son el 80% de nuestra economía. Y la situación derivada del coronavirus les está afectando especialmente. Atento al dato: cerca de 300 mil de ellos prevén cerrar sus negocios a lo largo de este 2021. Son las previsiones del barómetro de la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos.

Pero esta no es la única cifra preocupante, se estima que desde que comenzó la pandemia, los autónomos habrían perdido un total de 700 mil millones de euros.

Los autónomos se concentran en España en cinco sectores principales: comercio, industria, construcción, sector primario y hostelería. En este último está Luis, dueño del restaurante las Encinas, en el barrio de Salamanca. Como muchos establecimientos que se han visto afectados por las restricciones, el suyo también está notando las consecuencias. Así nos ha contado: "Hemos bajado un 40% la venta total, en desayunos ha bajado un pelín menos, a lo mejor hemos bajado un 25%”. Le cuesta levantar cabeza, sobre todo porque con el trabajo y el miedo a los contagios, ha notado una reducción importante de su clientela más fuerte.

Esto con lo que atañe a la hostelería y la restauración, pero hay otros negocios que están completamente olvidados. Por ejemplo, el sector de los parques infantiles, si tienes hijos, seguro que te suenan. Son locales donde puedes celebrar cumpleaños, fiestas, comuniones. Ricardo es dueño de la ludoteca Mundo Mágico. Y su negocio está cerrado desde el pasado mes de marzo. Ricardo lleva desde el año 1991 trabajando en este sector. ¿Su local podrá aguantar? Asegura que depende de los gastos, pero tiene la esperanza de poder abrir cuanto antes.

También hay muchos autónomos que se dedican al sector de la salud. Profesionales como dentistas, podólogos y fisioterapeutas que no han dejado de trabajar desde el inicio de la pandemia, pero que han tenido que invertir mucho en sus negocios para adaptarlos a las medidas sanitarias. Vas a escuchar a Rubén, que tiene una clínica en Madrid. Confiesa que tuvo suerte, porque les consideraron actividad esencial y pudo abrir antes. Eso sí, la forma de atender al cliente ha cambiado mucho. El miedo de algunos pacientes que dejan de acudir a la clínica es una de las principales trabas para su negocio.

Algo parecido le pasa a Victoria. Es podóloga y pocos meses antes del confinamiento se embarcó en el reto de abrir otra clínica. Aguanta como puede. Cuando empezó la desescalada y pudimos salir a la calle, les salvó una cosa: aumentó de forma considerable el flujo de pacientes.

Ellos, Luis, Ricardo, Ruben o Victoria y, pese a la situación, están consiguiendo que sus negocios permanezcan abiertos. No obstante, no hay que olvidar esos más de 300 mil autónomos que puede que se vean obligados a echar el cierre este 2021.