"Donald Trump parece haber olvidado las excentricidades habituales y el plan de paz para Gaza tiene una apariencia consistente, si Hamás aceptará o no, sigue sin tener respuesta clara"

- 3 MIN

Esta vez Donald Trump parece haber olvidado las excentricidades habituales, se ha dejado asesorar mejor y el plan de paz para la Franja de Gaza tiene una apariencia consistente, aunque la gran pregunta de si podrá llegar a buen término, sigue sin tener respuesta clara.

Es verdad que, a medida que pasan las horas, el silencio de Hamás se volvía más inquietante. Si los terroristas que gobiernan y resisten en la Franja el asedio del Ejército de Israel dicen que no, no habrá nada que hacer.

Es más, las consecuencias ya las advertían el propio Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Las noticias de última hora son esperanzadoras. Hamás “se inclina por aceptar” el plan de paz, según ha anunciado a la cadena CBS una fuente cercana a las negociaciones. La organización terrorista que gobierna en Gaza podría dar una respuesta mañana miércoles. El primer ministro catarí y el jefe de inteligencia egipcio se reunieron ayer lunes con representantes de Hamás para presentarles el plan de 20 puntos del Presidente Trump.

A la espera de esa respuesta oficial de Hamás, ¿qué cosas buenas tiene el plan de Trump? Una muy clara. Ya no se habla del alocado plan de un Resort para una Gaza convertida en paraíso del pelotazo inmobiliario. Es positivo que se involucre a los países árabes de la zona y que Estados Unidos deje claro a Israel que no puede ocupar Cisjordania. Y tampoco aparece la exigencia a los gazatíes para que se marchen de la tierra que habitan. Cosa distinta es que todo quede tan arrasado que allí no se pueda vivir.

¿Y qué es lo peor de este plan? Que se elabore por dos de las tres partes en conflicto. Que se plantee como una especie de ultimátum a Hamás y los artífices del proyecto digan eso de “por las buenas o por las malas” o “terminar el trabajo”, expresiones que no invitan al optimismo.

La inmediata liberación de los secuestrados que queden vivos en manos de los terroristas de Hamás, la puesta en libertad de presos palestinos o la promesa de amnistía para los miembros de Hamás que depongan las armas, son todas propuestas razonables.

En clave doméstica, Pedro Sánchez quiso estar a la cabeza del movimiento contra Trump y contra Israel, al mismo tiempo que se negociaba este plan de paz. No midió bien sus tiempos el presidente, aunque ahora haya reaccionado con reflejos, saludando el plan como una oportunidad para detener la barbarie. Sumar y Podemos ya han dado por finalizado un plan de paz, al que ni siquiera conceden una oportunidad.

Probablemente, porque si llega la paz, a la izquierda radical se le acaba el argumento de la guerra en Gaza del que tanto provecho están sacando.

Trump ha presentado la propuesta con esa seguridad marca de la casa y adornándose con comentarios sobre el mucho trabajo que tiene y que al final todo el mundo tiene que recurrir a él. Eso sí, ya se ha dado cuenta a estas alturas de que los conflictos del mundo no se arreglan en 48 horas. Algo es algo. A esta hora, el mundo espera que llegue la paz y hay motivos para la espera

Visto en ABC

Programas

Último boletín

05:00 H | 01 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking