Atender a Jesús para pensar mejor
Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 29 de julio

Escucha la Firma de José Luis Restán del martes 29 de julio
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
En una catequesis reciente, enmarcada en el Jubileo de la esperanza, el Papa hizo referencia a uno de los grandes Padres de la Iglesia antigua, san Ireneo de Lyon, que nació en Asia Menor y se educó entre quienes conocieron directamente a los Apóstoles. Luego vino a Europa, porque en Lyon ya se había formado una comunidad de cristianos de su tierra, y allí fue su obispo. León XIV explicó que al llegar se encontró con diversas controversias doctrinales, divisiones internas en la comunidad y, por si fuera poco, persecuciones del poder político. Pero este panorama no le desanimó ni le nubló la mente, como tantas veces nos pasa, sino que “aprendió a pensar mejor, prestando cada vez más atención a Jesús”. Es una observación de extraordinaria finura.
También nosotros necesitamos pensar bien, pensar mejor, y el ruido atronador de nuestros ambientes (a veces también el ambiente eclesial), añadido al fragor de las redes sociales, parece que no lo facilita. Ireneo encontró la clave: para pensar mejor, prestó cada vez más atención a Jesús. Y esto no es salirse por la tangente. Nos dice León XIV que Ireneo “se convirtió en cantor de la persona de Jesús, es más, de su carne”. Porque muchos discutían ya sobre las palabras de Jesús, pero no estaban apegados a su carne, a su humanidad que sólo podemos encontrar en la carne de la Iglesia concreta, viviente, caminante en la historia.
Y así, Ireneo comprendió cómo cosas que a nosotros nos parecen opuestas, en Cristo se recomponen y alcanzan la unidad. Y concluía el Papa diciendo que debemos distinguir la realidad de las ideologías, y para eso, más que discutir, debemos estar fuertemente apegados a la carne de Jesús en cada hermano y hermana, en cada criatura. Me parece especialmente importante esa pista sobre cómo “pensar mejor” adhiriéndonos a la carne de Cristo, para distinguir lo real de lo ficticio. Es algo que necesitamos con urgencia.