Ignacio Cruz y Eva González han vivido toda su vida en el mismo barrio desde que nacieron. Es el barrio de La Bachillera, en Sevilla, dentro del distrito de La Macarena, a unos veinte minutos andando del centro de la ciudad hispalense. Hace no mucho decidieron hacer públicas unas imágenes de hace 60 años, cuando eran pequeños, entre la que se encontraba la foto de una vaca y de Ignacio.

Lo que no esperaban es que se provocara todo el revuelo que se montó en el barrio una vez todos la hubieron visto. Algunos le preguntaron que era eso y, al enterarse, se provocó toda una revolución entre los vecinos. Y es que la vaca que tenía el padre de Ignacio. Los abuelos de Eva, sus cuatro abuelos, llegaron al barrio a finales de los años 40 y fabricaron sus propias casas.

Recuerdos y vivencias del barrio. Junto a la foto de la vaca y los abuelos de Eva, la del equipo de fútbol del barrio en el año 71, la de la inauguración de la asociación de vecinos, del año 76 o de la de la banda de música acompañando a las “majoretes” a principios de los 90...

La foto de una vaca que revolucionó un barrio

¿Y si los vecinos de todo un barrio pusieran en común todas esas fotos para no perder su memoria para formar un patrimonio conjunto? Y es que, una vez los vecinos han visto las fotos de Eva e Ignacio, han comenzado todo un proceso de digitalización de la memoria histórica y fotográfica de este barrio sevillano. Rescatar los recuerdos que atesoran muchos de sus vecinos para reconstruir la vida en el barrio desde sus inicios, desde los años 40.

Cuando en esa zona de la ciudad no había agua potable, ni las calles estaban asfaltadas, las casas no tenían ni luz ni agua, ni había alcantarillado. El primo de Ignacio, que era conductor de autobús, tenía en su casa multitud de películas en super 8 que se han convertido, años después, en pequeños documentales.

"Mis abuelos se construyeron sus propias cosas con lo que había en la calle"

Ignacio asegura que la vaca que tenía tu padre era su mayor tesoro. Su padre era ganadero y se dedicaba a vender la leche que daban las vacas que tenía: “Al principio el barrio eran pequeñas parcelas en la que se vivía junto al ganado. Donde había 8 vaquerías ahora hay 370 casas”, asegura en COPE.

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Eva lleva viviendo en el barrio toda la vida, como Ignacio y sus abuelos llegaron allí y fueron ellos construyeron sus casas, como ella misma revela a Pilar Cisneros en La Tarde: “Lo que ellos iban contando no te lo imaginabas a viva imagen. Las viviendas las construían con lo que iban encontrando en la propia calle, la carboncilla, las traviesas, la iluminación se hacía con el aceite”.

Una de las fotos que forman parte de la memoria del barrio es una en la que sale la familia de Ignacio con su abuela, una moto y en un día especial porque venían a la casa unos familiares de Canarias. La foto la hizo un fotógrafo que iba por el barrio haciendo fotos y luego volvía con las fotos reveladas para venderlas: “Mi madre es de La Palma y vino una hermana y la única forma que teníamos de enmarcarlo era pedírselo al fotógrafo del barrio y, ya que venía le pedíamos una foto con la vaca”, recuerda.

La fotografía que más ha sorprendido a Ignacio

En este proceso de recuperar las imágenes del barrio ha ayudado una asociación de Sevilla que digitaliza fotos y vídeos caseros, formada por voluntarios y que se llama La Digitalizadora. Y en ella participa Óscar Clemente: “En principios no íbamos buscando películas o fotografías sino que acompañamos a colectivos que quieren conservar su memoria”.

Además, recuerda Eva como fue la primera vez que los vecinos escucharon hablar de la iniciativa y vieron expuesta la foto de la vaca: “Eso lo que hace es llamar al resto de los vecinos, cuando ven el material expuesto te preguntan por la calle y te piden dártelas para digitalizarlas y que formen parte de la colección”.

“Las cintas de vídeo las personas las conservan en su casa pero son cajas opacas de memoria y no tienes el reproductor para darle vida. Nosotros tenemos una estación comunitaria y ahí tenemos los equipos en los que puede hacerse esos procesos”, concluye Clemente.

Además, Ignacio ha recordado una foto en especial de las que trajeron todos los vecinos: “Me impresionó un montón que mi amigo Loren nos trajo una foto de un equipo de fútbol a principios de los 60 cuando eran niños con 12 años y, después el mismo equipo en cada década. Te emociona ver esas fotos de cuando éramos chicos”.