El síntoma que debe alertarte en verano para saber si tienes las defensas bajas: más común de lo que crees
La nutricionista Elisa Blázquez habla en 'La Tarde' con Israel Remuiñán sobre cómo mantener un buen sistema inmunitario durante los meses de verano

Persona enferma tomando medicamentos
Madrid - Publicado el
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Con el verano en pleno apogeo, a muchos de nosotros el calor nos aplatana y nos quita el apetito. Pero esto tiene una explicación, y es que necesitamos menos energía y menos demanda energética para nivelar la temperatura corporal. Además, solemos asociar el buen tiempo con la despreocupación por los resfriados y las gripes. Sin embargo, en esta estación del año, tenemos también que cuidar nuestras defensas y nuestro sistema inmunológico.
ALIMENTOS QUE NOS FORTALECEN
Elisa explica que el sistema inmunitario es nuestro ejército de defensa porque está compuesto de “esas células, moléculas y órganos que están ahí como escudo protector, defendiéndonos de virus, bacterias, de todas estas infecciones, pero también de sustancias tóxicas". Para saber si tenemos las defensas bajas, hay ciertos síntomas que nos pueden ayudar a percibirlo. La nutricionista señala como indicios clave el cansancio extremo, infecciones habituales como catarros o cistitis, la aparición frecuente de calenturas labiales y, sorprendentemente, problemas digestivos que “no solemos asociarlo porque el 70 % de nuestro sistema inmunitario está en nuestro sistema digestivo”, aclara la experta.

Hombre enfermo en el trabajo
A la hora de compensar esa pérdida de apetito sin dejar de nutrirnos, Elisa recomienda una alimentación "más ligera y más fresca, nutritiva y con densidad alta”. Destaca la importancia de incluir legumbres, frutos secos y proteína porque aportan vitamina C, además del omega-3, presente en pescados azules como sardinas, boquerones y anchoas.
sol, hidratación y descanso
Independientemente de la alimentación, otro hábito que debemos tener en cuenta en verano es la hidratación. Según explica Elisa, “en verano necesitamos un poquito más de agua, porque sudamos más”. Aunque la recomendación general que siempre hemos tenido presente ha sido la de beber entre 1,5 a 2 litros de agua diarios, la experta subraya la importancia de “escuchar al cuerpo y las sensaciones de sed. Seis u ocho vasos al día están muy bien, pero cada vez que tengas sed tienes que beber. Y luego no nos olvidemos de todas estas frutas, como el melón y la sandía, que tienen mucha agua y también nos hidratan”.

Una persona echando agua en un vaso desde una jarra
Por otro lado, califica el sol para el sistema inmunitario como algo fundamental. La razón es porque, gracias a él, producimos vitamina D, que es el inmunonutriente más potente que hay. Sin embargo, recomienda una exposición solar controlada, como por ejemplo “el paseíto de las ocho o nueve de la mañana, de las siete u ocho de la tarde”.
Otro hábito que no puede faltar son las horas de sueño. La nutricionista enfatiza en que “es de las cosas más importantes para el sistema inmunitario, porque cuando estamos durmiendo, el sistema inmune se pone a trabajar y es cuando nos va a defender”. La experta recomienda dormir "entre 7 u 8 horas, es lo ideal". Sí que es cierto que en vacaciones, solemos alterar muchísimo nuestros horarios, pero hay que “intentar irse a la cama a las 11, 12 como mucho y despertarse temprano para conseguir un sueño reparador”, explica.

Mujer durmiendo en una cama
ADIÓS AL ALCOHOL
También solemos asociar el verano con una cerveza en una terraza. No obstante, Elisa es tajante con este tema: “El alcohol nunca es bueno". Explica que es una de las cosas que altera nuestra microbiota; por ello, debemos “intentar beber lo máximo posible sin alcohol".