Esto es algo constatado. Y una de las preguntas más importantes del universo. Algunos dicen que se debe a la dulzura de la piel, mientras que otros están convencidos de que la razón tiene más que ver con los aromas que desprende nuestra piel.

En una misma habitación o espacio puede haber personas que han sido literalmente acribillados por los mosquitos y otros que no presentan ni una sola roncha.

Manuel Peinado Lorca, catedrático en el departamento de ciencias de la vida del Instituto Franklin de Estudios Americanos de la Universidad de Alcalá, ha afirmado en 'La Tarde' que “es muy propenso a que le piquen los mosquitos”.

Además, “los mosquitos eligen a las personas por el olor.” “Hay una combinación de microbios en nuestra piel que actúan sobre nuestra piel que produce una reacción química y esta produce unos olores que varía dependiendo de la persona y ahí es cuando nos pican los mosquitos”.

Asegura que “los mosquitos son atraídos por los colores oscuros” y que “lo de apagar la luz no funciona”, debido a que los mosquitos “se dirigen al foco atraídos por el dióxido de carbono emitido por la respiración.”

“Cuando están cerca de muchos individuos que producen dióxido de carbono, se guían por su olor mosquital y van a él sobre todo a la zona de los tobillos, ya que es lo seguro. Cuanto más suben, más riesgo tienen de llevarse un manotazo” afirma.

Una de las cosas más curiosas que ha compartido en la 'La Tarde' es que “sólo pican las hembras que se alimentan de sangre”.

A través del olor corporal el mosquito se da cuenta de nuestra genética. Por el contrario, los seres menos atractivos producen ciertos repelentes naturales a través de la piel. Esta diferencia en el olor corporal podría ser la que marque ser el blanco de las picaduras o no.