Este año se cumplen 100 años de la muerte de uno de los pintores más importantes de la historia de nuestro país, Joaquín Sorolla. Con este motivo, la Casa Museo de Sorolla ha preparado una exposición especial en el centro de Madrid.

El copresentador de 'La Tarde', Fernando de Haro, se ha desplazado hasta el museo para conocer todos los secretos de la que fue la casa del pintor. Él vivió en esta casa desde 1911 hasta que fallece en el año 1923. Fernando ha podido visitar el jardín y la exposición acompañado de Covadonga Pitarch, la conservadora del Museo Sorolla.

Ella misma ha explicado cómo ha evolucionado el espacio, y el trabajo de conservación que se ha realizado: “Se ha conservado tal y como estaba, el jardín, la casa y la colección se conservan prácticamente intactos. El jardín ha cambiado un poco la vegetación porque los edificios que nos rodean hoy dan mucha sombra, y ya no es un jardín tan luminoso como antes”.

La Casa Museo de Sorolla

Él era valenciano y nunca perdió la esencia de su tierra a pesar de haber vivido en Madrid durante muchos años: “Esta es la tercera vivienda que él tuvo en Madrid, primero vivió en otros sitios. Él decide vivir en Madrid al poco tiempo de acabar sus estudios en Italia, se traslada a vivir con su esposa porque la capital era el sitio donde estaba el núcleo del arte”.

Ese jardín y esas cuatro paredes recogen prácticmaente toda la vida personal y artística del pintor, el recorrido de un artista que ha logrado emocionar con su estilo único 100 años después de su muerte: “Con mucho esfuerzo consiguió convertirse en uno de los pintores más importantes del periodo de entre siglos, del paso del XIX al XX. Fue un hombre que disfrutó mucho con su trabajo y su pintura, y consiguió crear un estilo muy personal y reconocible, y la escuela del sorollismo”.

Los pequeños detalles develan grandes cosas

Fernando de Haro ha observado cada uno de los detalles que esconde esta Casa Museo, empezando por los azulejos del jardín y acabando por las obras del pintor. Covadonga ha explicado al detalle los gustos y los secretos que se esconden en lo que fue el hogar del artista: “La mayoría de los azulejos de su jardín son valencianos, y otros muchos de una fábrica de Sevilla. Sorolla coleccionó arte, muchas esculturas”.

Una vez en el interior del inmueble, se encuentran múltiples salas de las que manan obras de arte de todo tipo. En el salón principal se encuentran una serie de cuadros que tenían un significado muy personal para Sorolla: “En el salón hay una galería de retratos familiares, es especialmente bonito el de 'Clotilde sentada en un sofá' que es su esposa. Y como casi todos los cuadros que le pinta los dedica, y este lo hizo en 1910”.

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En la exposición también se encuentran algunas de las obras más famosas del artistas, y poder contemplarlas acompañados de una experta es un delicia: “En esta exposición también se encuentra el cuadro 'Madre', Sorolla lo pinta cuando nace su hija pequeña, Elena Sorolla García. Lo pinta en Valencia porque Clotilde se había trasladada allí con sus padres, y él regresa de París justo para el nacimiento de su hija y comienza a pintar el cuadro. Inicialmente no era así, representaba a Clotilde sonriendo al espectador, pero había algo en el cuadro que a Sorolla no le convencía. Y unos años después lo modifica y le gira la cabeza a Clotilde y mira a la niña, después de un parto agotador”.

El éxito del gran pintor del blanco

¿Cuál es el secreto detrás del éxito de Sorolla? Todos nos planteamos esta cuestión, pero al contemplar sus obras podemos encontrar algunas respuestas. El artista era capaz de emocionarte y hacerte sentir la felicidad a través de sus obras, y Covadonga ha explicado su opinión al respecto: “Yo creo que el secreto del éxito de Sorolla son dos cosas: que era un hombre muy feliz y que fue muy feliz pintando”.

Una exposición que merece la pena, y que a diferencia de las obras de Sorolla no será eterna. Después de esta sección y la sabiduría de la conservadora de la Casa Museo, queda claro que contemplar las obras de un artista legendario como Joaquín Sorolla, nunca pasará de moda.