Cada vez es más común ver en redes sociales fotos imperfectas, es decir, que están desenfocadas, mal encuadradas, con una mala iluminación o incluso que no favorecen a la persona fotografiada. Esta moda no es seguida solo por parte de cuentas con pocos seguidores, sino que también lo hacen personas famosas e influencers, por ejemplo, Rosalía, Bella Hadid o Kendall Jenner siguen últimamente esta tendencia de subir fotos realizadas de una manera más “tradicional”.

Pilar Cisneros, codirectora de 'La Tarde', ha estado en la tienda de fotografía analógica Fotocasión, donde ha tenido la ocasión de hablar con Jose Luis, el dueño de la misma, quien tiene un enorme conocimiento acerca de todo lo que tiene que ver con fotografía. José Luis ha explicado a Pilar que cada vez más jóvenes se acercan a comprar cámaras analógicas y carretes, sobre todo desde después de la pandemia: “En lo digital todo es muy perfecto, lo que se busca es la imperfección”, ha explicado el dueño.

En la tienda, se venden cámaras que es difícil encontrar en otros sitios, ya que son de hace varios años y, por lo tanto, han tenido que ser restauradas o reacondicionadas, como la Canon FTB de los años 70, que cuesta 250 euros, o la Canon A1 de los 80 a unos 450, cámaras que no enfocaban automáticamente, al igual que otras de los años 60 que también ofrece la tienda y que tenían objetivos que podían modificar la fotografía para hacer más difusas las imperfecciones en las fotos cercanas, algo parecido a la utilidad que le damos hoy en día a los filtros.

"Se ha perdido el saber mirar"

Como vivimos en una época de inmediatez, hacemos varias fotos de una tacada que luego vamos borrando para no acumular espacio, aunque también en muchas ocasiones no tenemos esas fotos almacenadas realmente en ningún sitio, ya que están en la nube. Ciertamente, se ha perdido algo de romanticismo en la fotografía, una opinión que comparte José Luis: “Un carrete son 36 fotografías o incluso 12, por lo que antes de hacer una pensábamos mucho el encuadre, se ha perdido mucho el saber mirar”.

Estos carretes a día de hoy han subido su precio, llegando incluso a triplicarse porque ha aumentado su demanda en los años, mientras que la oferta sigue siendo la misma. Empresas como Kodak, que llegaron a quebrar en la transición a la digitalización, ahora tienen que hacer frente a una fuerte demanda, de hecho, han tenido que incrementar su plantilla en 300 personas para poder dar abasto a un mercado creciente.

Curiosamente, esta tendencia la están siguiendo más las chicas que los chicos. En muchos casos esta pasión comienza tras encontrar por casa una cámara antigua que, más tarde, llevan a tiendas como la de José Luis, en las que se informan de como funcionan y qué tipos de carretes usan, y se aficionan al estilo distinto que consiguen las fotografías con una cámara así e incluso al momento de poder tocar la fotografía y tenerla en mano.