José María Camarero, especialista económico, revela cuánto llegamos a gastar en los 'gastos hormiga' que pueden tirar por la borda tu economía
Pueden incluir la compra de snacks, refrescos, aplicaciones móviles, recargas de transporte público, micro-compras...

Madrid - Publicado el
3 min lectura
En el día a día, muchos consumidores no se dan cuenta del impacto real que tienen los llamados “gastos hormiga” en sus finanzas personales.
Estos pequeños desembolsos diarios —como un café, una golosina o una compra impulsiva—, aunque aparentemente insignificantes, pueden sumar cantidades considerables al mes o al año, afectando la capacidad de ahorro y la estabilidad económica.
En qué consiste estos pequeños gastos
Los gastos hormiga son pequeños pagos que las personas realizan con frecuencia y que suelen pasar desapercibidos por su bajo valor individual.

Una mujer utiliza su tarjeta de crédito para pagar una compra online con su móvil
Pueden incluir la compra de snacks, refrescos, aplicaciones móviles, recargas de transporte público, micro-compras en tiendas de conveniencia o incluso suscripciones automáticas que no se utilizan.
El término “gastos hormiga” se popularizó en el ámbito financiero para ilustrar cómo estas pequeñas erogaciones pueden, en conjunto, representar una fuga importante de dinero. Según expertos en finanzas personales, estos gastos representan hasta un 20% de los ingresos mensuales de una persona promedio.
Pero... ¿Cuánto gastamos realmente?
Aunque comprar un café de 1,50 euros o una botella de agua de 2 euros parece inofensivo, la suma semanal puede sorprender. Si una persona consume un café diario, al mes está gastando alrededor de 45 euros, y al año supera los 500 euros, una cifra significativa si se considera solo en pequeños detalles.

Máquina expendedora
Este fenómeno también se observa en otros países de Europa y América Latina, donde los hábitos de consumo diario generan una erosión silenciosa del presupuesto personal.
¿Por qué se producen estos gastos?
Los gastos hormiga están relacionados con factores emocionales, hábitos y la cultura del consumo rápido. La facilidad para acceder a pequeños productos o servicios, junto con el uso extendido de tarjetas contactless y apps de pago, ha facilitado que las personas realicen micropagos sin reflexión previa.
Aunque los gastos hormiga parecen pequeños, su acumulación puede afectar objetivos financieros a corto y largo plazo. Desde la imposibilidad de formar un fondo de emergencia hasta retrasar metas como la compra de una vivienda, estudios indican que estos microgastos contribuyen al estancamiento financiero de muchas familias.
Cómo puedo controlar estos pequeños gastos?
El primer paso para evitar que estos gastos se conviertan en un problema es la conciencia financiera. Llevar un registro diario de todas las pequeñas compras y analizar el impacto mensual puede abrir los ojos al consumidor.
Aunque la responsabilidad principal recae en el consumidor, también se cuestiona la responsabilidad de las empresas y comercios que fomentan el consumo impulsivo mediante publicidad constante, promociones y facilidades de pago. Expertos llaman a un consumo más consciente y ético, tanto a nivel individual como corporativo.