Jonatan Armengol, cocinero y crítico gastronómico ciego: "Para mí cocinar es la capacidad de transmitir el amor, la pasión y el respeto por la persona que tengo delante"
Armengol ha acudido a La Tarde de COPE, donde ha realizado una cata de croquetas y ha hablado de su carrera

Armengol ha acudido a La Tarde de COPE, donde ha realizado una cata de croquetas y ha hablado de su carrera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Jonatan Armengol es el único crítico gastronómico ciego de España y una figura cada vez más conocida en el mundo de la gastronomía. Con más de 25 años de experiencia, presencia en radio, un canal de YouTube en crecimiento y una comunidad que supera el millón de seguidores en redes sociales, Armengol ha levantado una forma distinta y profundamente humana de contar la comida, los viajes y la vida. Su historia y manera de trabajar lo han convertido en un referente que trasciende el ámbito culinario.
A lo largo de su trayectoria, Armengol ha demostrado que la ausencia de visión no es para nada un impedimento para convertirse en uno de los divulgadores gastronómicos más respetados del país. Ha recorrido España y medio mundo realizando catas a ciegas y conversando con algunos de los grandes nombres de la cocina contemporánea. Desde Juan Mari Arzak a Pedro Subijana o Ferran Adrià, todos han compartido tiempo, técnicas y reflexiones con él.

La palabra 'gastronomía' proviene de la unión de dos términos del griego antiguo
Aprender a cocinar sin ver: técnica, precisión y cero miedo
Su relación con la cocina viene de la infancia, aunque no precisamente desde los fogones. Tal como ha contado, de pequeño no le dejaban acercarse demasiado a ellos. Pero todo cambió cuando se independizó: "Empecé de la peor manera con la freidora y todo para dentro", ha recordado. Con el tiempo fue experimentando, probando y aprendiendo gracias a la guía de grandes cocineros.
Una de sus influencias más importantes fue el afamado cocinero Ferran Adrià. Según ha relatado el propio Armengol, el chef le transmitió una idea clave: "La cocina es ciencia. La cocina es calidad y peso de producto y tiempo y temperatura de cocinado”.
A partir de ahí, su enfoque se volvió meticuloso, preciso, casi quirúrgico. Aunque cocina sin ver, maneja los tiempos, las temperaturas y las texturas con una seguridad adquirida a base de oficio. "Yo creo que la clave de mi éxito es haber comido mucho y en muchos sitios y no tenerle miedo”, explica. Incluso ha superado miedos recientes, como preparar sushi por primera vez: "Me daba miedo no detectar que el pescado estuviera malo o que tuviera anisakis, pero lo hice, me arriesgué y me salió perfecto".

Viajes, anécdotas y un canal que muestra la vida sin filtros
Sus críticas, historias y anécdotas se han convertido en una parte esencial de su presencia en redes sociales. Viaja con frecuencia, come fuera entre tres y cinco veces por semana y graba vivencias que mezclan gastronomía y humanidad.
Durante la entrevista ha relatado uno de los momentos más emotivos que ha compartido con su audiencia: su visita a un ecógrafo en Málaga donde pudo tocar el rostro en 3D de su hijo antes de su nacimiento. También recordó encuentros con taxistas amables, artesanos mexicanos o chefs anónimos que le han marcado profundamente.
Esa mezcla de experiencias ha dado forma a su canal El Camino del Fuego, donde además explora técnicas de cocina con brasas y parrilla, una disciplina que domina con una sorprendente precisión sensorial: "El parrillero pone la mano y sabe la temperatura. Yo pongo la mano sobre una barbacoa y digo: 'esto está a tantos grados'. La gente se queda alucinada", ha contado como anécdota.

Una vida con sabor, cercanía y un mensaje final de generosidad
Armengol no solo cocina o analiza platos. Transmite emociones: "Para mí cocinar es transmitir el amor, la pasión y el respeto por la persona que tengo delante", ha afirmado. Solo cocina para quienes le "hacen clic", porque considera cada plato una muestra de cariño.
En su despedida ha lanzado un mensaje que resume bien su filosofía vital, marcada por la alegría, el agradecimiento y una profunda empatía: "Aprendamos a compartir un poquito, aprendamos un poquito de generosidad, repartamos un poco y démonos cuenta que nos hace falta a todos".
Armengol continúa compartiendo historias, recetas, catas y vivencias en El Camino del Fuego y en sus redes sociales. Lo hace sin ver, pero con una mirada única que millones de personas ya han aprendido a seguir.



