Lo que hizo Ana Julia Quezada al conseguir el móvil en la cárcel y que acabó con un funcionario de prisiones detenido: no fue una llamada

Tras ingresar en prisión en 2019 con la condena de prisión permanente revisable, la asesina del niño Gabriel vuelve a estar investigada y a levantar sospechas

Ana Julia Quezada
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Ana Rumí

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Desgraciadamente, todos conocemos el caso del niño Gabriel, alias 'el pescadito'. Era febrero de 2018 cuando ese niño de apenas 8 años desaparecía en una pedanía de Níjar, Almería, lo que mantuvo en vilo a su familia y a la Guardia Civil durante días.

Finalmente, detuvieron a Ana Julia Quezada, en ese momento, pareja del padre de Gabriel. Ella había asesinado y escondido el cadáver de la criatura, por lo que, una vez juzgada, fue condenada a prisión permanente revisable, en el 2019.

Desde entonces, esta mujer está en prisión, pero eso no ha impedido que el sufrimiento que tiene la familia con este tema haya cesado. Y es que el dolor que sigue causando la asesina es evidente.

Hace apenas un año, Patricia Ramírez, madre de Gabriel, daba una rueda de prensa para informar de que Ana Julia, asesina de su hijo, tenía un teléfono en prisión, algo que está prohibido.

No era la primera vez que denunciaba este hecho, ya que había ido previamente al ministerio del Interior, pero nadie le hizo caso. En junio del año siguiente, hace casi un año, acudió al Senado para pedir, por favor, que se frenara el documental que se estaba preparando sobre la desaparición y asesinato de su hijo.

Un nuevo giro en el caso y en las investigaciones

Y ahora, esos sucesos han dado un paso más, porque están investigando a dos funcionarios de prisiones de la prisión de Brieva, Ávila, en donde permanece desde hace años Ana Julia, por un presunto delito de cohecho.

Ambos trabajadores habrían dado trato de favor a una una interna a cambio de favores sexuales. El subdelegado del Gobierno en Ávila, sin embargo, no ha dado el nombre de la interna, pero varios medios de comunicación nacionales señalan a Ana Julia Quezada, la asesina del niño Gabriel.

El trato de favor, como se sabía más tarde, no era otro que, a cambio de relaciones, le daban un móvil. Pero, ¿para qué lo quería? ¿Qué es lo que realmente pasó?

Es lo que le preguntamos en 'La Tarde' al periodista especializado en sucesos, Pablo Muñoz. “Los testimonios acusatorios los hacen tres internas, el educador del centro y la pareja actual de Ana Julia, que es también mujer y es acusadora” explicaba.

Todos ellos hablan de esas relaciones que Ana Julia habría mantenido con, al menos, un funcionario a cambio del móvil, pero no explican para qué lo quería.

Sin embargo, sí que hablan de las razones que tenía detrás para tener ese móvil, y no era una llamada.

Lo que hizo Ana Julia con el móvil por lo que acabó detenido un funcionario de prisiones

La intención de hacer un documental sobre el asesinato de Gabriel siempre ha estado sobre la mesa. Sin embargo, gracias a las declaraciones de su madre, esa idea se paró.

Parece ser, en cualquier caso, que Ana Julia estaba en contacto con esta propuesta, y el móvil también lo quería para hacer llamadas. “Parece ser que Ana Julia hablaba con gente de fuera para ir aquilatando el tema del documental” decía Pablo Muñoz.

Sin embargo, el móvil no lo quería únicamente para hacer estas llamadas, sino para un fin mucho peor: hacer chantaje a los funcionarios.

Y es que, esas relaciones sexuales que mantenía con ellos, las acababa grabando en el teléfono que le habían conseguido. “Son grabaciones que parecen ser en ropa interior de un funcionario de prisiones dentro de la celda. El objetivo sería conseguir el traslado de Ana Julia a otra prisión, ella las graba para chantajear” contaba el periodista.

Este hecho, que escaló hasta la dirección de la prisión, provocó que detuvieran en septiembre a este funcionario. A continuación, registraron la celda y no estaba el teléfono móvil de Ana Julia, por lo que lo habían conseguido sacar.

El cómo llegó ahí es otro tema interesante: fue a través de un cocinero de la prisión. “El cocinero de la prisión se puso en contacto con la pareja de Ana Julia para que le diera un móvil, y él lo metió en prisión. Son encuentros que ella graba, y consigue sacar el teléfono de prisión y están en poder de la pareja, que está fuera de prisión” aseguraba.

Ahora que se está investigando, Ana Julia ha afirmado que los encuentros sexuales eran, en realidad, una violación. “La juez dice que en ningún caso. Quiere conseguir algo y no se puede hablar de agresión sexual” explicaba.

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