La foto de Fernando de Haro: "Las botas usadas tienen conciencia, la del alma de su dueño"
La foto del día de Fernando de Haro.

La foto de Fernando de Haro: "Las botas usadas tienen conciencia, la del alma de su dueño"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Foto de una cocina convertida en un bardal, foto de una cocina desordenada, en la que se amontona de todo sin concierto alguno. Sobre la mesa chiquita del desayuno, dos cubos, un lebrillo, unas botas viejas y algo más. Junto a la misma mesa reposa el palo de una fregona, un trapo sucio y arrugado. En la primera encimera dos botellas de leche vacías, una botella de plástico con detergente y más envases medio llenos, medio vacíos. Y luego unas plantas raquíticas en dos tiestos y la tostadora, y un robot de esos que hacen gazpacho y muchas cosas más. El señor de la casa, en el centro de la foto, le explica a un político la dimensión de la catástrofe. Las cosas, así arrumbadas, amontonadas, como si fueran carne de mudanza, o carne de almoneda, parecen no tener alma. Pero es solo apariencia. Las botas usadas tienen conciencia, la conciencia de su dueño que los sábados madrugaba, salía de casa antes del amanecer para pescar en un río cercano. Las botas tienen dentro el alma de su dueño, ese deseo de un sábado en el que todo puede suceder, ese deseo de sábado que tiene la forma de un barbo con lomo de plata. Y también tiene alma la bayeta sucia, el alma de quien no quiere vivir entre la porquería y ama el orden como se ama a una venus de Boticcelli. Y hay alma hasta en la botella de detergente, detergente para limpiar la vajilla después de que los sobrinos vengan a tomar el té.