El emotivo testimonio de un agente medioambiental en primera línea de fuego: "Mi familia tiene miedo a que me pase algo, lo sufre mucho"
Andrés, agente medioambiental en el incendio de Puercas (Zamora), cuenta en 'La Tarde' cómo está siendo la extinción de fuegos, de grandes extensiones y con fuertes vientos en contra, y cómo lo compagina con su vida personal

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El incendio declarado en la localidad zamorana de Puercas, que ha obligado al desalojo de numerosos vecinos y ha dejado varios heridos, mantiene en vilo a toda la provincia. La magnitud de las llamas y las condiciones meteorológicas adversas están dificultando las labores de extinción, en las que participan efectivos de distintos puntos de Castilla y León y otras comunidades autónomas.
Entre quienes combaten el fuego se encuentra Andrés, agente medioambiental de la Junta de Castilla y León. Desde el terreno, hablaba por teléfono con Israel Remuiñán en 'La Tarde de COPE'. Relataba la dureza de enfrentarse a los "monstruos de verano", como él mismo los llama: incendios con perímetros tan grandes y cambios bruscos en el viento y la temperatura que, en muchas ocasiones, hacen que la capacidad de extinción sea nula.
TRABAJAR SIN DESCANSO PARA FRENAR EL AVANCE
Andrés explicaba que, en el momento de realizar la conexión telefónica con el estudio de 'La Tarde', se encontraba en la búsqueda de un delta para colaborar en el cierre de perímetros, aunque reconocía que, en cuestión de minutos, el avance de las llamas puede cambiar drásticamente. "Se está trabajando todo lo máximo que se puede", destacaba, recordando que se han sumado refuerzos procedentes de Castilla-La Mancha y de diversas provincias.

Incendio en la Sierra de la Culebra, este martes. Puercas (Zamora).
El agente admitía que las horas de trabajo superan con creces lo recomendable, pero que en situaciones como esta, la implicación de todo el mundo es absoluta: "Nos pasamos de horas técnicos, agentes, bomberos forestales… pero todo el mundo quiere arrimar el hombro".
La fatiga física y mental es evidente. Andrés recordaba que, en una de sus últimas jornadas, tuvo que detenerse de regreso a casa para dormir 20 minutos y evitar un accidente: "Después de intentar salvar casas, granjas y establecimientos de turismo rural, cuando te relajas, llega el bajón".
"El mejor trabajo del mundo", a pesar del riesgo
Más allá del cansancio y del miedo que siente su familia, Andrés aseguraba que sigue considerando su labor como "el mejor trabajo del mundo": estar en el campo, en contacto con la población rural y ayudando a preservar su modo de vida.
Para Andrés, el despoblamiento y el abandono de las labores agrícolas y ganaderas han contribuido al deterioro del monte y al aumento del riesgo de incendios. "Si hubiera agricultores que sembraran, cosecharan… muchos preferirían vivir en su pueblo con su familia que en Madrid", reflexionaba.

Agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León.
El agente medioambiental recordaba que en décadas pasadas el paisaje estaba más cuidado gracias a la presencia de vecinos que cultivaban las fincas y limpiaban el monte. Hoy, en cambio, buena parte del territorio privado no está controlado. Los terrenos no están labrados y ello hace que se acumule combustible, que favorece la propagación de las llamas. Andrés cree que habría que recuperar un modelo que incentive la actividad rural, incluso con ayudas económicas directas, para volver a un monte como el de los años 80.
Un enemigo imprevisible y peligroso
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Las condiciones del incendio en Puercas son especialmente peligrosas. El agente describía cómo un campo de cereal o un pasto, con temperaturas de 35 grados y vientos de 20 kilómetros por hora, puede transformarse en cuestión de minutos en una trampa mortal. "Lo que parece fácil puede convertirse en una ratonera, con llamas de cinco metros", advierte.
Por ahora, la prioridad de los efectivos es contener el avance de las llamas, proteger las viviendas y garantizar la seguridad de la población. El desafío es mayúsculo, pero Andrés aseguraba que el compromiso del equipo es total. "Seguiremos trabajando todo lo que haga falta", afirmaba antes de volver al terreno, consciente de que la noche será larga.