Doctor Antonio Escribano, nutricionista: "El Ozempic u otras marcas tienen unos efectos secundarios que van de una pancreatitis a problemas de vista"

Pilar García Muñiz entrevista al especialista en endocrinología para conocer mejor el medicamento y sus copias tras el anuncio del despido de 9.000 trabajadores de Novo Nordisk

Vista detallada de una mano con pluma de Ozempic de 1 mg en Barcelona, ​​España
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La Tarde

Pilar García Muñiz entrevista al doctor Antonio Escribano, especialista en endocrinología y nutrición

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

El impacto del Ozempic y de su laboratorio, Novo Nordisk, vuelve a estar en el centro del debate. Tras anunciar el despido de 9.000 trabajadores —un 11% de su plantilla global— la conversación se traslada ahora a los efectos de un medicamento que ha pasado de ser una herramienta contra la diabetes tipo 2 a convertirse en objeto de deseo para perder peso rápidamente. 

En La Tarde de COPE, Pilar García Muñiz entrevistó al doctor Antonio Escribano, especialista en endocrinología y nutrición, que advirtió de los riesgos de un fármaco que “ha entrado por las bandas, como en el fútbol, en el tratamiento de la obesidad, pero no es su indicación inicial”.

Riesgos de los nuevos fármacos

El doctor explicó que la semaglutida, principio activo del Ozempic, nació para tratar a pacientes diabéticos. “Estimula la secreción de insulina y retarda el vaciamiento gástrico”, detalló, lo que provoca que el apetito se reduzca. Ese efecto secundario se popularizó como método para adelgazar, pero con consecuencias que no siempre son inocuas.

El Ozempic u otras marcas tienen unos efectos secundarios que van de una pancreatitis a problemas de vista, pasando por hipoglucemias o complicaciones en la vesícula”, advirtió. Aunque muchos pacientes toleran bien el fármaco, cada vez son más los casos en los que los efectos adversos dejan de ser “banales” para convertirse en graves.

De la boda al verano

Escribano lamentó el uso indiscriminado de estos medicamentos con fines meramente estéticos. “Hay pacientes que me piden Ozempic para perder 5 o 6 kilos antes de una boda o del verano. Eso no merece la pena”, señaló con rotundidad.

Inyección individual de Ozempic 1 ml para el control de la diabetes en Barcelona, ​​España

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Inyección individual de Ozempic 1 ml para el control de la diabetes en Barcelona, ​​España

El endocrino recordó que ha conocido más de 20 fármacos para tratar la obesidad en sus casi 50 años de carrera, y todos acabaron retirados por sus riesgos: desde anfetaminas en los años 60 hasta preparados con hormonas tiroideas o incluso cápsulas con tenias intestinales. “Lo que se ha hecho con el tratamiento de la obesidad ha sido tremendo”, resumió.

Efecto rebote peligroso

Más allá de los efectos secundarios, el experto alertó de un problema creciente: el efecto rebote. Según explicó, tras suspender el tratamiento, el organismo deja de fabricar de forma natural las sustancias que reducen el apetito, lo que provoca un hambre voraz. “Los pacientes recuperan en poco tiempo todo el peso perdido y, a veces, incluso más”, aseguró.

Los riesgos no acaban ahí:

  • Náuseas, vómitos y diarrea.

  • Pancreatitis aguda.

  • Retinopatía diabética y problemas de visión.

  • Complicaciones en la vesícula y el tiroides.

  • Parálisis intestinal en casos extremos.

No merece la pena arriesgarse a una bomba para perder unos kilos”, insistió Escribano.

El secreto sigue siendo comer menos

Pese al marketing que rodea al Ozempic y sus competidores, el doctor recordó una verdad básica: “El fármaco no adelgaza, lo que adelgaza es comer menos”. Según explicó, todo se reduce al balance energético: si una persona ingiere más calorías de las que gasta, acumula grasa.

Caja de Ozempic en una farmacia española

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Caja de Ozempic en una farmacia española

La ansiedad no engorda; engorda comer por ansiedad. El estrés no engorda; engorda comer para paliar el estrés”, matizó, comparando el metabolismo humano con un radar de la Guardia Civil: “Uno puede creer que no va rápido, pero el radar no engaña”.

Por ello, el especialista defendió que el verdadero camino para perder peso no está en atajos farmacológicos, sino en aprender a comer mejor, ajustar la ingesta al gasto energético y mantener hábitos saludables a lo largo del tiempo.

El organismo no le gusta que le hagan trampas. Puede tardar en darse cuenta, pero al final siempre te anula el gol”, concluyó con una metáfora futbolística.

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