El calzado que usamos muchas horas en verano y que realmente es malo: así es cómo debemos ponérnoslo
Dolores, lesiones y caídas: José Luis Lázaro, podólogo, advierte en 'La Tarde' sobre el abuso de calzado sin sujeción en verano

Los podólogos alertan sobre el abuso de calzado sin sujeción en verano
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Lo que comenzó siendo un calzado reservado para la playa o la piscina ha conquistado las calles, las terrazas, e incluso algunas oficinas. Las chanclas, especialmente las tipo “flip-flop”, se han convertido para muchos en el zapato de verano por excelencia. Son baratas, cómodas y fáciles de poner. Pero, ¿a qué precio?
José Luis Lázaro, director de la Clínica Universitaria de Podología de la Universidad Complutense de Madrid, advierte en La Tarde: “Lamentablemente, en verano se sobreusa la chancla. Es un tipo de calzado que no está diseñado para caminar largas distancias ni para estar muchas horas de pie”.
Aumento en lesiones podológicas
Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, entre junio y septiembre las consultas por dolencias en los pies aumentan entre un 30% y un 40%. Fascitis plantar, tendinitis, esguinces y sobrecargas musculares son las más comunes. El motivo: el uso prolongado de calzado sin sujeción ni soporte.
“La chancla no da soporte al pie, y su suela excesivamente flexible no lo protege. Mucha gente cree que un zapato es más cómodo cuanto más blanda es su suela, pero es justo al contrario”, explica Lázaro. Esa flexibilidad provoca inestabilidad, fatiga muscular y lesiones.
DE LA MODA A LA CONSULTA MÉDICA
Lázaro subraya que el cambio de hábitos y moda ha llevado a muchos a olvidar que cada zapato tiene un uso específico: “Hay que usar el calzado para lo que fue diseñado, durante un tiempo y actividad concreta”. Especialmente preocupante es el cambio brusco de calzado en mujeres, que pasan de botas con sujeción y tacón moderado a zapatos completamente planos como las chanclas o manoletinas. Esto, según el especialista, “puede provocar dolor en el talón, fascitis y otros problemas que se arrastran durante meses”.
Chanclas "menos malas" y alternativas recomendables
Aunque las chanclas de dedo son las más comunes, también son las más perjudiciales. “No sujetan el pie, están sueltas, y favorecen torceduras y caídas”, señala Lázaro. Las versiones con velcro o tiras anchas, que abrazan el pie, son preferibles: “Esas que se ajustan al tobillo son mucho más recomendables, porque permiten caminar con más estabilidad”.
Como alternativa, el podólogo recomienda calzado tradicional de zonas cálidas como las alpargatas, las menorquinas o sandalias deportivas con sujeción en talón y antepié. “Un zapato que se mueve al caminar es un zapato peligroso. El pie debe ir sujeto para evitar caídas, especialmente en personas mayores”, recuerda.

Pies femeninos en calcetines y chanclas sobre asfalto gris
Deportivas: sí, pero con cabeza
El auge de las deportivas ha traído beneficios, pero también errores. “La gente se compra zapatillas sin saber para qué están hechas. Algunas están diseñadas para correr 100 metros, no para caminar por la ciudad”, advierte el experto. Por eso, Lázaro recomienda variar el calzado a lo largo del día y adaptarlo a la actividad: “Lo ideal es caminar con deportivas y cambiarse al llegar a la oficina. Igual que hacemos con la ropa”.
PIES SANOS, PIES CUIDADOS
La hidratación y la higiene también son claves en verano. “Hay que usar desodorantes o astringentes en polvo para mantener el pie seco y prevenir rozaduras. Y la crema hidratante debe aplicarse por la noche, nunca antes de calzarse”, recomienda el especialista.
Los niños tampoco escapan al debate. ¿Y los crocs? Lázaro es claro: “Son demasiado blandos. Los pies se cuecen dentro, y eso genera problemas como hongos o papilomas. Un niño necesita un zapato con más estructura”.
Con todo, Lázaro insiste en una idea fundamental: adaptar el calzado a la actividad y no dejarse llevar solo por la moda. Porque un calzado inapropiado puede ser el origen de meses de dolor. Como concluye, “usar el calzado adecuado es también una forma de prevenir lesiones y caídas. Y eso, a cualquier edad, es salud”.