El retorno de la última 'novia yihadista' española reaviva el debate: ¿víctima o amenaza?

Lubna Mohammed Miludi, de 32 años, ha regresado a España junto a su hijo de 8 años, convirtiéndose en la última española repatriada desde los campos para familiares de yihadistas en Siria. Tras llegar el pasado 25 de noviembre, fue puesta a disposición de la Audiencia Nacional y ahora se encuentra en libertad provisional en Ceuta con su familia, después de que su marido, un yihadista, muriera en un bombardeo.

A su llegada a España, Miludi fue detenida por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Sin embargo, el Juzgado Central de Instrucción número 1 decretó su libertad provisional mientras se desarrolla una investigación contra ella por yihadismo, que previsiblemente terminará en un juicio. Su hijo, Abder Rahman, que fue ingresado inicialmente en un centro de la Comunidad de Madrid, ya ha sido entregado a sus abuelos.

La vida en Al-Roj y Al-Holl

Durante el último año, Lubna ha estado en el campo de refugiados de Al Roj, una zona controlada por milicias kurdas. Anteriormente, estuvo en el campo de Al-Holl, considerado mucho peor, ya que los kurdos solo vigilan el perímetro y no entran, lo que ha generado un entorno de abusos, matrimonios de menores de hasta 11 o 12 años y una sensación de abandono entre los ciudadanos europeos allí retenidos.

La postura de Estados Unidos

Si los dejamos allí concentrados, mañana podemos correr el riesgo de tener otro estado islámico"

Esta es la doctrina que maneja Washington

Frente a la tesis de no repatriar por miedo a un retorno de radicales, Estados Unidos abandera la postura contraria y aboga por sacarlos de allí cuanto antes. Washington argumenta que "si los dejamos allí concentrados, mañana podemos correr el riesgo de tener otro estado islámico", y por ello emitió un comunicado agradeciendo a España su colaboración. Según sus datos, en estos campos permanecen unas 22.600 personas de más de 70 países, la mayoría niños menores de 12 años.

El precedente de Yolanda y Luna

El caso de Lubna tiene como precedente el de Yolanda y Luna, otras dos españolas que regresaron en enero de 2023 y fueron directamente a prisión preventiva durante un año y nueve meses. Tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por tres años de cárcel, la Audiencia Nacional ordenó su reingreso en prisión para cumplir la pena restante, aunque sus abogados han logrado que se les conceda el tercer grado penitenciario.

La gestión de estos retornos es extremadamente compleja, ya que, aunque el tiempo en los campos es una privación de libertad, "ni las milicias kurdas son un estado homologado ni vienen con documentación y pruebas de lo que hicieron allí". Esta situación dificulta enormemente demostrar si las repatriadas se han radicalizado o no, lo que alimenta un intenso debate social y jurídico.