Ocurre todos los años, desde 1949, que el día de San Pedro y San Pablo, los "guerreros" se enfundan su pañuelo blanco al cuello y se disponen a luchar, no con armas, sino con vino.

Este 29 de junio, el frío de primera hora de la mañana se hacía notar en los riscos de Bilibio, a unos seis kilómetros del casco urbano de Haro, a donde se han dirigido los romeros para participar en esta batalla incruenta, que se ha desarrollado con normalidad y sin incidentes.

70.000 litros de vino han llovido empapando a los 12.000 guerreros que han participado, entre ellos medio millar de australianos,que como en años anteriores primero participan en la Batalla del Vino de Haro para dirigirse despues a Pamplona para presenciar los fiestas de San Fermín.

Junto a los australianos, también ha habido "batalladores" japoneses, británicos, chinos, alemanes, nórdicos y españoles procedentes de diferentes comunidades autónomas, "cada año viene más gente de España y de otros países, es alucinante y este año se ha notado mucho" cuenta en 'La Tarde', Naiara Hernáez priora de la Cofradía San Felices.

Cubos, botas, sulfatadoras, botellas y pistolas de plástico, todo ha servidio a "guerreros". El origen de la Batalla del Vino se remonta a los "pleitos" entre Haro y la localidad vecina burgalesa de Miranda de Ebro por la posesión de los riscos de Bilibio.

Cualquier profano podría pensar que es un desperdicio de uno de los mejores vinos de España, los vinos de Rioja, "no es un desperdicio, utilizamos el vino para beberlo y para disfrutarlo y para tranquilizaros no usamos los mejores vinos para tirarlo, pero no, no es un desperdicio" rechaza Naiara, priora de la Cofradía San Felices.