Mamen y Julio son un matrimonio con cuatro niñas, pertenecían a la clase media, tenían unos ingresos suficientes para llevar una vida normal, con sus vacaciones en verano, con sus gastos no excesivos, pero holgados... Cuando llegó la crisis todo cambió. A Mamen la despidieron y Julio se quedó con un sueldo de 1.400 euros que no le daba para una familia de seis personas y los desahuciaron.

Mamen y Julio se quedaon sin piso, se fueron a vivir a un hostal, pero no era posible, luego se metieron en casa de su hermana, vivieron los seis en una habitación y pidieron ayuda a la Cáritas de su parroquia, que le encontró un piso en dos meses.

A lo largo de los últimos meses y años las Cáritas de las diferentes diócesis españolas han estado atendiendo a cientos de familias que han sufrido desahucios. Hace algunos años se habló mucho de los desahuciso en clave política, algo se ha hecho, pero ahora los partidos que hicieran bandera de la lucha contra los deshaucios hablan ya menos de ellos y sin embargo hay gente de Iglesia que está a pie de calle, nunca mejor dicho, encargándose de gente sin casa.

Hay 6.000 voluntarios de Cáritas trabajando en el ámbito de las parroquias para atender a desahucios, inmigrantes, gente a las que no le llega el sueldo para llegar a final de mes. Esta labor es impagable, por lo que supone de acompañamiento, de reducción del sufrimiento, de ayuda a aumentar la cohesión social. Es mi impagable pero se pueden intentar poner números a esta aportación social. Es lo que viene haciendo la CEE desde hace alguos años con el informe informe Evaluación del impacto socioeconómico de la Iglesia católica en España Hoy se ha presentado la última entrega. El informe recoge la activida de 23.000 parroquias de las 69 diócesis de España.

Por tanto, las congregaciones religiosas o las asociaciones laicales son algunas realidades que no se han abarcado, al no ser labor diocesana. En ese informe ha quedado una vez más claro que la nversión social que realiza la Iglesia con los colectivos marginales y en estado de pobreza es muy rentable a nivel social". Hay un retorno "de más del doble" por cada euro que la Iglesia católica ha destinado a estas causas. Las díócesis españolas gestionan aproximadamente 900 millones cada año. El porcentaje mayor de ingresos de este presupuesto, más de 3365 millones, vienen de lo que los católicos aportan, más que lo que recibe la Iglesia por la X del IRPF que es un 24 por ciento, 223 millones. Ese dinero se utiliza muy bien, a juzgar por lo que explica el informe, El impacto derivado de la actividad de las diócesis, parroquias y Cáritas es de 1.386M€, lo que supone cinco veces más en relación a lo aportado por la asignación tributaria.

Para los católicos este modo de estar en medio de la sociedad es un modo claro de explicar quienes son, en qué creen. Una democracia es más democracia cuando en una sociedad plural cada uno desde aquello en lo que cree hace una aportación que este traducida en términos civiles y laicos. Y el informe presentado lo deja claro.