La foto: "Tiene el operario entre las manos un cajón muy ordenado en el que se adivinan unas joyas sencillas"

La foto que me ha llamado la atención la he visto en el diario ABC. Es una foto grande que tiene como protagonista a un operario que viste un pantalón con muchos bolsillos. La imagen está tomada en un dormitorio vacío desde hace años. Sus inquilinos se marcharon de pronto, vino el final como un ladrón sin darles tiempo a prepararse y está sin recoger unas sandalias y una cazadora que cuelga detrás de la puerta de entrada. El dormitorio, la alcoba, es modesta. Al otro lado de la cama, una cómoda pequeña con cuatro cajones de madera, un mantelito blanco de crochet y un espejo sin pretensiones a El operario vacía el contenido de la cómada en una caja de plástico. Tiene el operario entre las manos un cajón muy ordenado en el que se adivinan unas joyas sencillas, un monedero, un panuelito delicado, algunas fotos y cachivaches varios., La vida en las cosas del cajón de una cómoda. Eran días luminosos en los que la mujer de la casa se arreglaba el pelo con cuidado delante del espejo , se ponía sus joyas y se perfumaba. La señora de la casa sabía entonces que valía la pena mirarla, admirarla, quererla, era una mujer guapa. La vida también en el monedero traído y llevado, una moneda para los pobres y luego el pago de una compra muy ahorrada que algo hay que dejarles a los niños. Y las fotos de las criaturas, ya hechas y derechas, memoria de una maternidad llena de alegría. ¡Qué solas se quedan las cosas en los cajones de la cómoda cuando nos vamos¡ Con nosotros los pendientes son sueño de esplendor sin fin, con nosotros el monedero tiene el olor de nuestras muchas horas de trabajo, nuestra consciente o inconsciente voluntad de hacer un mundo mejor. Si nosotros, las cosas, en el fondo de la cómoda, son piedras, hilo y piel huérfanos.