La Foto del Día: "Ojos vivos"

La imagen que me ha llamado la atención la he visto hoy en una visita virtual a la exposición de la Fundación Colectania en Barcelona dedicada a la fotografa estadounidenses Mary Ellen Mark. La foto, en blanco y negro es un de personaje conocido por todos o casi todos. Sobre un catre, junto a una pared, reposa un hombre mayor y delgado, solo se le ve el pelo cano y la piel oscura de una oreja y de parte de la frente. Es un hombre enfermo, un hombre en las últimas. Quien sabe si le quedan horas. Está envuelto en una manta ruda. Una frazada aspera y gruesa. Está arropado el hombre como si fuera un niño chico. Una mujer menuda, vestida con un shari blanco y azul, se apoya en su pecho. De hecho está recostada sobre él. La mujer quiere que sienta su peso, su peso ligero, porque es chiquita, quiere que note que está muy cerca de él, quiere que el moribundo sepa de su cercanía. Lleva años sin que nadie le toque porque es impuro. Y la mujer de la foto quiere que el enfermo sepa que toda impureza ha sido lavada, que todo impureza ha sido vencida. Se echa sobre el para que al sentir su peso note una especie de abrazo, note que sus pobres carnes y sus pobres huesos vuelven a tener una madre. La mujer va a darle de comer. Sus manos que parecen sarmientos retorcidos, retorcidos y arrugados, sostienen una cuchara y un pote con la boca estrecha. El hombre tiene hambre, el moribundo, sobre todo, tiene sed. Una sed como la de los que se desangran. La mujer del shari levanta un instante la cabeza y la foto capta los rasgos de su cara surcada de arrugas, pero sobre todo retrata la fuerza de unos ojos oscuros. Esos ojos son el centro de la escena, unos ojos vivos, apasionados, como azabache que ardiera por el desamparo de los hombres a quien nadie toca, a quien nadie acompaña. Son unos ojos que arden por el desamparo de los hombres, unos ojos enseñados a mirar en el madero.