Eloy Santos, investigador: "María Branyas, la mujer más longeva de la historia, comía yogur sin azúcar tres veces al día para tener una buena microbiota"
Un estudio revela el secreto de la supercentenaria fallecida a los 117 años, cuya edad biológica era 23 años inferior a la real gracias a una genética envidiable

Pilar García Muñiz descubre el secreto de la vitalidad de María Branyas
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Nacida en 1907 y fallecida en agosto de 2024, María Branyas ha sido testigo de dos guerras mundiales, la gripe española, una guerra civil y la pandemia de COVID, que superó con 113 años. Su extraordinaria vida la llevó a convertirse en la persona más longeva del planeta, un caso que ha captado la atención de la ciencia y que ha sido analizado en el programa 'La Tarde' de COPE con Pilar García Muñiz.
El grupo de epigenética del cáncer del Instituto de Investigación Josep Carreras comenzó a estudiar su genética para desentrañar los secretos de su longevidad. El investigador Eloy Santos, autor principal del estudio, ha desvelado en los micrófonos de COPE algunos de los hallazgos más sorprendentes sobre la salud de hierro de Branyas.
La vejez no es sinónimo de enfermedad
Uno de los principales descubrimientos del estudio es que la longevidad extrema no tiene por qué ir de la mano del deterioro físico y la enfermedad. "Este estudio deja patente eso, que no son las dos caras de una misma moneda, vejez y enfermedad pueden ir por separado", explica Santos. El investigador señala que "con un conjunto de genes como los que tenía ella y unos buenos hábitos, podemos llegar hasta muy lejos con una buena calidad de vida".

MARÍA BRANYAS EN 1925
Un cuerpo de 94 años en un DNI de 117
Los análisis de sangre, saliva y orina de Branyas revelaron algo asombroso: aunque su edad cronológica era de 117 años, su cuerpo reflejaba una edad biológica de 94, es decir, 23 años menos. Presentaba bajos niveles de inflamación, un sistema inmunitario vigoroso, arterias sin grandes alteraciones y un equilibrio metabólico envidiable.
Lo más sorprendente para los científicos fue encontrar una dualidad inesperada. Por un lado, María tenía características propias de una vejez extrema, como unos telómeros —las protecciones de los cromosomas— "tremendamente cortos", según Eloy Santos. Pero, por otro lado, convivían con rasgos de juventud y salud.
Estos factores tan característicos de la vejez convivían con otros muy característicos ya de personas jóvenes y de salud, algo que nos chocó al principio"
Investigador del Instituto de Investigación Josep Carreras
La dieta y el yogur: claves de su microbiota
En su alimentación no había excesos, seguía una dieta equilibrada y saludable con un detalle que ha resultado ser una de las claves: tomaba tres yogures naturales sin azúcar cada día. Este hábito parece haber contribuido a que su microbiota intestinal se pareciera más a la de un adolescente que a la de una persona de su edad.

MARÍA BRANYAS
Eloy Santos confirma la importancia de este gesto. "Cualquier alimento fermentado, como los yogures, que además son probióticos, contienen los microorganismos vivos ahí dentro, pues puede ayudar a tener una buena microbiota", asegura. Añade que los alimentos ricos en fibra también son fundamentales para "alimentar a las bacterias buenas del intestino".
Frente a los factores biológicos, el estudio también ha tenido en cuenta sus hábitos y su carácter. Branyas era una persona generosa, sociable, con buen humor y una baja exposición al estrés crónico. Factores que, según Santos, ayudan a contextualizar los resultados, aunque su impacto directo sea difícil de medir.
Una mentalidad sana, esa mentalidad optimista y y vitalista que tenía esta mujer, pues, contribuirá seguramente, aunque no podamos demostrarlo a ciencia cierta"
Investigador del Instituto de Investigación Josep Carreras
Este trabajo, según su autor principal, es solo el comienzo. "Me encantaría poder comparar a María Branyas con otras personas de otros lados del mundo", comenta Santos, quien espera que esta investigación sea la "primera piedra" que dé pie a otros estudios más profundos. El secreto de la longevidad a través del ADN de María Branyas abre la puerta a que futuras investigaciones nos permitan llegar muy lejos.
La historia de María Branyas enseña que la longevidad no es solo cuestión de suerte genética, sino de constancia y hábitos sencillos. Como ella misma decía con humildad: "Yo decido al público en general nada, solamente que cada uno cuide su vida, y que todo el bien que pueden, y ya está".
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