Ángel Correas: "Desesperación es entregar tu bebé a un soldado extranjero sin saber si le volverás a ver"

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A las 8 y media de la tarde de este viernes aterrizó en la Base aérea de Torrejón el segundo avión fletado por España para la evacuación de españoles y refugiados afganos procedentes de Kabul. Están alojadas en un campamento dentro de la base aérea que tienen una capacidad de 800 plazas. Allí reciben la primera atención por parte de Cruz Roja, se les hace pruebas PCR y se trata su identificación para comenzar la tramitación de los permisos.

Por ahora han llegado unos 150 afganos a nuestro país. En su mayoría son personas que han trabajado para las autoridades españolas durante estos años, traductores, funcionarios, administrativos. Por este trabajo, por esta colaboración, son ahora objetivo de los talibanes que los están buscando con intensidad. Sacarles del país es la principal misión de los 17 policías españoles que todavía quedan sobre el terreno y el papel del embajador, ya cesado, que ha decidido permanecer en Kabul hasta que culmine la evacuación.

Para estos policías, es casi una misión de película, estableciendo puntos de encuentro secretos y rutas alternativas para sortear los controles de acceso al aeropuerto que han establecido los talibanes. Muchas de estas personas, se encuentran ahora mismo en esta odisea, algunos solos y otros con sus familias.

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Se dan casos dramáticos. Una de estas familias que tenía que acceder al avión español ha perdido a su hija en medio de las avalanchas y la niña se ha quedado en tierra.

Cuando estas familias consiguen sortear los controles de los talibanes se encuentran con miles de personas agolpadas un tapón humano a las puertas del aeropuerto. El único punto de Afganistán que todavía está controlado por Estados Unidos con el apoyo británico.

LA IMAGEN DEL FRACASO Y LA DESESPERACIÓN

En ese escenario, la imagen que está dando la vuelta al mundo es la de padre entregando a su bebé a un soldado americano que le recoge con una mano desde lo alto del muro de seguridad y le pasa al otro lado, por encima de la alambrada. La imagen de la desesperación se da cuando la mejor alternativa es entregar tu bebé a un soldado extranjero sin saber si quiera si le volverás a ver.

Es la última instantánea del fracaso tras 20 años de intervención en Afganistán.