“Mens sana in corpore sano”. Esta expresión latina se ha repetido durante siglos y nos da la clave de cómo el deporte puede ayudar al bienestar de nuestra salud mental. Hacer ejercicio de forma habitual previene la ansiedad, el estrés, la depresión y mejora nuestras emociones. Por eso es tan importante fomentarlo desde edades tempranas en el colegio. Ana Larrea es bailarina profesional, entrenadora en B3B WOMAN ESTUDIO, en Madrid, y la actividad física siempre ha estado presente en su vida. “Es hora de romper con el estigma de que el deporte es solo para deportistas, como si fuera algo innato”, pide Ana.

Para Ana es importante la forma en la que se enfoca el deporte. Hay que trabajar con la idea de que todos somos capaces de hacer ejercicio, cada uno dentro de sus posibilidades, para“fomentar una relación sana para los que de entrada les cuesta un poco más”, y así que “encuentren en deporte más adecuado para ellos”.

Alejandro es estudiante de Educación Física y nos cuenta que a través del deporte consigue gestionar sus sentimientos. Se siente más fuerte y también ha mejorado su salud mental: “Me voy encontrando cada vez más seguro, aporta amistades y compartir opiniones e ideas; he confiado más en mí”.

La actividad es esencial para nuestra mente. Diego también estudia Educación Física y le encanta el fútbol y el pádel. En su caso, al ser una persona hiperactiva, el deporte es fundamental “porque descargas más energía y dormimos mejor” y “me ayuda a concentrarme”.

Si no hemos hecho ninguna actividad física durante años, dar el paso cuesta. Y más cuando vivimos en una sociedad donde parece que solo las personas que están bien físicamente pueden hacer deporte pero Ana señala que “ya es hora de que dejemos de pensar que solo las personas que son delgadas están sanísimas”.

La entrenadora insiste en que hay que cambiar el enfoque. Ver el deporte como una forma de disfrutar de nuestro tiempo libre. Basta con caminar, bailar o correr algunos días de la semana y meterlo dentro de nuestra rutina. Añade que “tenemos que mirar más allá del espejo” y abrir “un abanico de posibilidades apto para todo el mundo más allá de su talla”.

La psicóloga Aurora García Moreno explica en 'La Linterna' que el deporte “favorece la liberación de endorfinas” que fomenta la “felicidad y euforia” así como el “control de las emociones” y la “adecuada construcción de la autoestima”. Todos estos beneficios, según explica la experta, los recibe el deportista “independientemente de la edad”.

En los niños, les aporta también “bienestar emocional”, pero no solo eso. La psicóloga detalla que además “aprenden a explorar y aumenta capacidad de concentración”, lo que contribuye a aumentar el “rendimiento académico”. En el aspecto relacional “ofrece la posibilidad de adquirir habilidades para su competencia social y adaptación al medio”.

“Cuando una persona se siente más segura y confiando más en sí misma, se va a sentir mejor emocionalmente”, detalla García Moreno. La práctica del deporte permite “autoregularte emocionalmente” y así “gestionar el estrés y la ansiedad del día a día”. Con ello se evitan los “pensamientos automáticos que dificultan la capacidad de gestión”.

Además, la realización de un deporte colectivo permite “conocerse a sí mismo, a reconocer sentimientos, tanto los propios como los ajenos”, según la psicóloga.

Pero estas actividades también necesitan un equilibrio. Cuando la realización del deporte es excesiva puede ser un problema porque se convierte en necesidad y “afecta a nuestra salud mental, haciéndolo una adicción”. Por eso, cuenta García Moreno que “la vigorexia puede provocar trastornos depresivos” y “lo que era un hábito saludable se convierte en algo disfucional”.