Luis Mayandia es comisario de la Brigada Policial de Extranjería y Fronteras. Expósito se monta en su coche camuflado con destino a la Calle Delicias. Allí hay un objetivo estrella de esta brigada, saben que hay varios pisos que se dedican enteramente a la prostitución. Van en busca de pruebas, saben que pueden conseguirlas y cerrar ese negocio.

El comisario Mayandia ha estado en el origen, sabe de lo que habla. Asegura que la trata se ve diferente cuando has conocido sus circunstancias de vida en los países de los que vienen. “Cuando conoces el mundo en el que viven, donde la vida parece que no tiene ningún valor y su inocencia... entiendes perfectamente que confíen en la primera persona que les prometa la luna”, cuenta Luis.

Este comisario nos dice que ha aprendido a vivir con ello, pero que uno no puede dejar de sentir. Para Luis no hay ninguna circunstancia que justifique a sus clientes: “hay que llamarlos por su nombre, puteros asquerosos”.

Parar la trata de personas y la explotación sexual es una lucha de todos. Cada uno en la parte que le corresponde puede hacer algo para combatir este problema. “El objetivo es liberar a estas chicas y castigar a los que delinquen, para ello necesitamos información, la ayuda de la gente. Pedimos a los presidentes de las comunidades o a aquellos que tengan conocimiento de los lugares en los que se ejerce la prostitución puedan ponerse en contacto con nosotros”, explica el comisario.

Ángel Expósito pregunta si la sociedad es consciente del problema de la trata. Luis lo tiene claro: “existe una doble moral, hay que terminar con ella y agarrar el toro por los cuernos. Todos vemos esos anuncios de casas de masaje que sabemos que no funcionan como tal”.

Detrás de cada víctima, de cada mujer, de cada niña en algunas ocasiones, hay una historia de esas que marcan de por vida. Para Fidel son muchos años detrás de estas mafias y se ha encontrado con muchas imágenes que son difíciles de olvidar.

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Recuerda perfectamente su operación contra una mafia muy peligrosa. Más de seis meses de investigación. Era una de las organizaciones más fuertes de rumanos, también encargados de temas de mendicidad. Usaban a una de las chicas como saco de boxeo. De hecho, capturaron a los delincuentes gracias al ADN de la víctima que hallaron en los guantes de boxeo de uno de ellos.

“Intento desconectar, pero a veces resulta imposible”, cuenta Fidel. Asegura que están disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año. “Con una sola víctima que logremos liberar me doy por satisfecho”, dice el Policía. De hecho, como la operación de hoy ha sido un éxito, estarán celebrándolo hasta las 10 de la noche.