Cada relación de pareja es diferente, pero todas tienen en común que la clave es preocuparse por la felicidad del otro. Cuando ese intercambio "no está igualado", estamos hablando de una relación tóxica.

El experto en relaciones de pareja, Jordi Royo, explicaba a El Pulpo en 'Poniendo las calles' que hay personas viviendo situaciones verdaderamente complicadas porque su pareja entiende que el amor es posesión.

De ese sentido de pertenencia, en muchos casos, el siguiente paso es la violencia. Progresivamente, se pasa de pequeños gestos a agresiones.

Un denominador común

Pese a que pueda parecer evidente que hay que salir de ahí, no es fácil. Sobre todo en la adolescencia o la juventud, que es donde más se ve, cuando la inmadurez impide ser consciente de lo que pasa.

La neuropsicóloga de 'La Linterna', Aurora García Moreno, ha explicado cuáles son las razones que hacen a una persona caer en una relación tóxica. "Un factor que influye mucho es que durante la infancia, la persona siente no haber recibido el cariño que necesitaba. De ahí, esa necesidad de establecer cualquier relación para suplir esa carencia", dice.

No es la única, otros lo hacen por rechazo a la soledad y hay quien se muestra de manera diferente a lo que son, por miedo a lo que pueden pensar. "Tienen un denominador común: un concepto distorsionado de lo que es una relación y de lo que significa amor, normalizando conductas que no son propias de una relación sana", explica la neuropsicóloga.

"Indefensión aprendida"

Este tipo de personas puede provocar en el otro una afectación a "la percepción que tienen de sí mismo, la autoestima y a la construcción del autoconcepto". Igualmente, tienen altos niveles de ansiedad, dificultad para dormir y falta de confianza por miedo a equivocarse. La persistencia de todo esto puede derivar en un trastorno emocional.

García añade que las personas que lo sufren piensan muy bien lo que dicen para no ser rechazadas, a la vez que tienen dificultad para controlar sus emociones. "Su felicidad depende de cómo lo trate su pareja, inmersos en un profundo desajuste emocional", apunta.

Dependiendo de factores como la duración de la relación o las vivencias personales, puede dejar secuelas en la autoestima. "En los casos en los que haya sido muy paralizante en su hacer diario, puede desarrollar un trastorno por estrés postraumático", comenta. Tiene consecuencias en cómo la persona afronta los problemas y adversidades de su día a día, así como a la confianza que se tienen a ellos mismos.

"Se denomina indefensión aprendida" a la interiorización de que no se va a conseguir salir de la relación y los que les genera, así como la creencia de que se va a repetir en el futuro.

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Amigos y familia, un papel clave

La ayuda psicológica de estas personas debe acompañarse de la de familias y amigos. "Tienen que adquirir una conciencia de que están en una relación que no es sana", destaca la neuropsicóloga. El siguiente paso sería "desmontar esas creencias que les mantienen atados", para romper con las justificaciones de las conductas dañinas.

"El objetivo es que la persona sea capaz de controlar su vida y darle herramientas para la autogestión de sus emociones", asegura. De esta manera, se logrará construir la autoestima y aprender en asertividad, clave para establecer relaciones sanas, recuperar las metas y el desarrollo personal.