Expósito: “Siento vergüenza de tanto 'aprovechategui' que se sirve de este desastre para medrar"
El director de 'La Linterna', Ángel Expósito, cuenta qué emociones y sentimientos le vienen a la cabeza tras casi tres meses de confinamiento
Ángel Expósito
Director de 'La Linterna'
Tiempo de lectura: 3'
Actualizado 21:31
El director de 'La Linterna', Ángel Expósito, cuenta cuáles son los sentimientos y emociones que le han movido durante los tres meses de confinamiento, y destaca la labor de quienes han estado en primera línea durante la pandemia.
Llevamos tres meses así, confinados, más o menos confinados, relajados y mirando al futuro inmediato. Los más afortunados pensando en las vacaciones, unas vacaciones muy extrañas, y muchos, demasiados, pensando en cómo conseguir incluso para comer mañana sábado. Entre medias: autónomos desesperados, trabajadores acogidos al ERTE, otros miles y miles despedidos.
La lista de sensaciones de Expósito tras el confinamiento
Tres meses ya. Así. Más o menos. Y seguro que tú, como yo, te mueves entre un montón de sentimientos y sensaciones. Por ejemplo:
- La gratitud: Cuando parece que salimos de la pandemia lo primero que me viene a la cabeza es gratitud a tantos que se han dejado la vida, incluso hasta perderla, por nosotros. No me caben aquí los uniformes: batas blancas, pijamas verdes, uniformes militares, bomberos, policías, guardias civiles, protección civil. Uniformes del supermercado, limpieza y los repartidores, las funerarias, los sacerdotes, las misioneras... No se puede pagar. No caben más gracias.
- La vergüenza. Porque también siento vergüenza de tanto aprovechategui que se sirve de este desastre para medrar para su proyecto político, para engañar contaminar y crispar. Siento vergüenza por la falta de empatía, por el cinismo, el postureo y las mentiras.
- El cansancio. Pilar, la doctora de una residencia de ancianos me contaba esta mañana que estaban cansadas mental y físicamente. Y es que ha habido mucha gente muy machacada. Y pienso, ¿quién cuida al cuidador? ¿Cómo se soportan los cientos de muertos en tu hospital, en tu centro, en la residencia? ¿Qué no habrán visto los ojos de esos uniformes, pijamas o batas?
- La crisis. Saldremos. Seguro. Más pronto que tarde. A pesar de la política. Solo hace falta que estorben lo menos posible. Lo que tendremos que combinar necesariamente es el trabajo, para los que tenemos la inmensa suerte de conservarlo, y las colas del hambre. Es nuestra responsabilidad paliar, contribuir y ayudar a esas colas del hambre.
- Los mayores. No hemos sido justos, como sociedad, con nuestros mayores. El puñetero virus ha sido criminal, pero nosotros hemos fallado a quienes menos se lo merecían, a los más débiles. Como sociedad, como sistema, como estado avanzado. Como tú y como yo.
- Europa. No soy objetivo. Soy un europeísta furibundo. O la Unión Europea nos saca de esta o estamos jo... didos. Auxilio. Y responsabilidad por nuestra parte. Nuestro problema no es Holanda, la Merkel o el Brexit. Nuestro problema es quien va a gestionar esta inmensa crisis aquí.
- La ciencia. Y el cambio climático, la medicina, las farmacias, los químicos y biólogos, ¡Ojalá! esta pandemia y esta experiencia nos sirvan para cambiar el nivel y el orden de las prioridades. ¡Ojalá! Pongamos a cada uno en el escalafón de importancia que se merece.
- Los muertos. No encuentro una ignominia mayor que no saber el verdadero número de muertos por coronavirus. No encuentro un calificativo suficiente para el bochorno y la vergüenza que significa que el Gobierno nos mienta tan descaradamente con la cifra de muertos. Y se mantienen en los 27.000 y pico, cuando saben que son casi el doble; y nos mienten a diario. A nuestra cara. Con toda su demagogia y toda su desvergüenza.
- La radio. ¡Qué suerte tenemos! Hemos podido hacer periodismo separados, sin vernos, sin viajar, sin el ruido, en esto también hemos ganado. Perdón por el autoelogio: Los medios nos lo hemos currado. Pero la radio, nos hemos salido. Hemos salido reforzados de ésta. Ahora nos queda seguir y aplicar lo que hemos aprendido.
- La política y los subsidios. El chavismo. La chulería, la provocación. La enorme distancia entre la política y la gente. No se dan cuenta del nefasto ejemplo y del peligro que supone cargarse las instituciones. En fin...
Seguro que hay muchos más sentimientos, muchas más sensaciones. Tiempo habrá de ir soltándolos por esta boca y por estos poros. Y lo haremos. Como lo hemos hecho en estos 90 días en estado de alarma. Mientras tengamos un boli, un teclado y un micrófono.
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