"Ni el Rey ni el Papa pueden opacar su infinita Sanchidad, se confirma que es el personaje mundial más parecido a Trump"

Francisco ya reposa en la impresionante capilla ardiente en la Basílica de San Pedro. Miles y miles de fieles desfilan, poco a poco, en colas interminables para decir el último adiós al Papa. Se entremezclan los fieles con los servicios de seguridad, con los miembros de Protección Civil Italiana y de Roma con palés de botellas de agua ante el calor durante el día. Aquí ya empieza a caer la noche, se ha ido el sol y nos hemos salvado de la lluvia por los pelos. Digo que se entremezclan la gente, de todos los colores, de todos los idiomas, de todas las pintas, con los miembros de las fuerzas de seguridad del ejército italiano, con los equipos, con el armamento anfitrión. La verdad es que es muy impresionante la mezcla, la emoción, las sonrisas y las lágrimas, en el mismo gesto y en la misma cara, a la vez. 

Esta mañana, como siempre, quien ha sido de los primeros en entrar, testigo de excepción en primera línea, nuestra compañera Eva Fernández. ¿Qué tal Eva? Buenas tardes. Muy buenas tardes Ángel. ¿Cómo se mezcla esa sensación? Y hago una pregunta muy personal. Esa sensación de sonrisa y lágrima a la vez. Qué difícil Ángel, muy difícil. Sobre todo porque, ¿sabes qué he pensado en cuanto el ataúd del Papa entraba en la Basílica? Que era la última vez que entraba. Era la última vez que entraba descubierto, porque saldrá por esa misma puerta el día del funeral, pero ya con el féretro tapado. Y pensaba en todas las veces que le he visto atravesar esa Basílica de San Pedro, en tantas ceremonias y que era realmente la última vez. Ángel, la última vez incluso que el Papa dejaba su casa. Hoy, esta mañana, el Papa ha dejado su casa en Santa Marta para no regresar ya nunca. Es verdad. 

Miriam es una española que acaba de salir de San Pedro, con esa sonrisa que nos comentaba Eva y con emoción en los ojos. ¿Cómo ha sido? Resúmeme las sensaciones, acabar de salir de la Basílica, Miriam. Pues muy emocionante, un momento único. Yo cuando me apunté hasta el viaje, veníamos con la intención de tener una audiencia con el Papa, y luego se canceló todo y ahora hemos venido a la despedida del Papa. 

Cuéntame, no sé, la luz, el olor, el silencio. Pues bueno, mucha gente dentro, porque la verdad es que vamos haciendo una fila y mucha gente, pero mucho silencio, mucho silencio y mucho respeto y la gente muy emocionada, con muchas ganas de rendirle un homenaje al Papa. ¿Se reconoce perfectamente cómo es? Quiero decir, ¿es él? Sí, se le reconoce. Es verdad que ahora se le ve la cara más delgada, pero sí, sí, se le reconoce bien. ¿Cuántas horas chupó en la cola? Muchas horas. Vinimos a las siete y media de la mañana, nos sentamos en las sillas de la plaza y estuvimos esperando hasta que llegó el féretro y cuando llegó el féretro, ya nos mandaron desalojar la plaza y a partir de ahí cola y hasta ahora que acabamos de salir de la basílica. 

A pesar de todo, si me permite la observación, Miriam, tienes una sonrisa en la cara. Sí. ¿Por qué? Sí, porque salgo emocionada incluso. Es que ahora, después de tantas horas ahí, ahora tengo emoción casi con lágrimas. Muy emocionante, ha merecido la pena. Salimos sin comer y nos vamos corriendo, pero ha merecido todo la pena. Has vivido la historia del mundo en directo. Sí, sí, sí. Muy emocionante, es un momento único. Gracias, Miriam. Gracias. Mucho gusto. 

Es impresionante esa sensación de mezcla de sentimientos, de impresiones. Eva, el Vaticano se está planteando prolongar el horario ante la multitud y la avalancha y no te digo nada los próximos días. Sí, de hecho lo estamos viendo ahora mismo, Ángel. Es tanta la multitud que el Vaticano se está pensando ampliar el horario de cierre de esta noche. Estamos viendo además como grupos de voluntarios llevan ahora repartiendo botellas de agua entre pacientes, peregrinos, turistas o simples curiosos que quieran aprovechar la oportunidad de estar en Roma en un día histórico. 

En el interior, dada la gran afluencia, los fieles pueden detenerse apenas unos segundos ante el féretro, lo necesario para santiguarse o arrodillarse, lo que ha llevado a muchos a buscar espacios cercanos para poder rezar unos instantes.

 A estas horas, el Vaticano acaba de confirmar que 19.430 personas han pasado a despedirse hoy de Francisco. Lo hemos comentado varios periodistas. Estamos viendo tantos que nos parecen pocas personas. También COPE puede adelantar que la familia más cercana del pontífice ha llegado esta tarde desde Argentina y podrá disponer de un tiempo a solas para despedirse de Francisco. Gracias, Eva. 

Tres claves muy rápidas por mi parte en una jornada, como digo, llena de emociones, de gente, de lenguas. Uno, el idioma une. Se habla mucho de los cardenales italianos, 17, pero ojo con los hispanohablantes. 21 de Hispanoamérica, más 6 desde España, son 27 cardenales, electores y elegibles que hablan español. Dos, la película con clave. No confundamos el cine o la ficción con la realidad. Bravo, por la oportunidad, faltaría más, pero no seamos tan necios como para llegar al ridículo y creérnoslo. Y tres, yo sigo dándole vueltas al funeral y al entierro del próximo sábado y a la ausencia de Pedro Sánchez. Cualquier cosa, para no perder protagonismo, ni el rey ni el papa, pueden opacar su infinita sanchidad. 

En fin, se confirma que es el personaje mundial que más se parece a Donald Trump y no solo por ir maquillado como una puerta, que también. Y es que se pasa por el forro del parlamento, se asocia hasta con el diablo, Otegi o Pablo Iglesias, traiciona, humilla y engaña hasta a los socios, aprueba un gasto en defensa como el otro sube o baja aranceles y deja plantado al rey en el premio Cervantes, igual que huyó de Paiporta, o le planta en el funeral del papa. Eso sí, menos mal que le van a sustituir María Jesús Montero y Yolanda Díaz. 

Ah, y mi posdata. Protagonista del día, fieles al cutrerío del politiqueopatrio, Joseba García. ¿Quién es el pollo? El hermano de Koldo. Vaya dos patas para un banco. La última es que ha comparecido Koldo en la comisión del caso en el Senado y se ha negado a declarar. Menudo es él, el hermano de Koldo, el que llevaba la agenda de las sobrinitas del ministro y, según hemos podido leer hoy, el que le gestionaba a Jésica las contraseñas para cobrar por el morro en las empresas públicas en las que le enchufaba el tío José Luis Ábalos. La última contraseña, ¿se acordaban entre ambos? Queso 17 y después manzana 17. ¿Para qué? Para que Joseba le firmara los partes de trabajo y para que la sobrinita cobrara el salario mínimo por no hacer nada. Bueno, sí, por hacer con su tío Ábalos lo que te puedes imaginar.