Macabra y terrible coincidencia. Nos estamos acostumbrando como si nada a auténticas ignominias e insoportables vergüenzas. Digo coincidencia porque pocas veces son noticia el mismo día una víctima de ETA y su verdugo. La casualidad y la política repugnante han querido que coincidieran en este caso José María Aldaya y Gregorio Vicario Setién, el etarrra.

José María Aldaya, empresario Vasco, víctima del segundo secuestro de ETA más duradero tras Ortega Lara, murió el pasado 29 de diciembre a los 80 años. El mismo día, Instituciones Penitenciarias (¡Qué papelón, Marlaska, qué papelón!), premió a Setién y a otros siete etarras con el traslado a cárceles del País Vasco. ¡Enhorabuena!

El mismo Vicario Setién que secuestró a Cosme Delclaux y, en 1996, a José María Aldaya. Aldaya ha muerto a los 80 años, seguro que sin olvidar ni por un instante aquel infierno de casi un año bajo tierra. A la vez, Gregorio Vicario Setién ya disfruta cerca de su casita y dentro de nada, ya verás, homenaje al héroe. ¡Qué vergüenza! ¡Cuánta humillación insoportable para las víctimas del terrorismo!