El oficial del Dicasterio para los Obispos de Habla Hispana: "El próximo Papa debe ser capaz de conjugar asuntos exteriores e interiores"

Fernando Arregui, sacerdote zaragozano y oficial del Dicasterio para los Obispos de Habla Hispana en el Vaticano, ha destacado la importancia del español en la Curia Romana y la vitalidad de una Iglesia que, en su opinión, "muchas veces no tiene nada que ver con lo que se dice en los medios". En una entrevista con Ángel Expósito en La Linterna, Arregui subrayó que el español es una lengua "con mucho tirón", hablada por cerca de 600 millones de personas en el mundo —un 8% de la población global— y clave en las comunicaciones eclesiales.

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Sin embargo, el momento más relevante de la conversación llegó al abordar los desafíos del próximo pontificado. Arregui, quien lleva año y medio en Roma, aseguró que el nuevo papa deberá ser una figura capaz de "conjugar asuntos exteriores e interiores" en un mundo marcado por tensiones. "La dificultad es encontrar a alguien que sepa gestionar ambos ámbitos", afirmó. "El papa tendrá que dialogar en coyunturas muy diferentes, viajar mucho y, sobre todo, poner paz en todos los ámbitos donde se encuentre".

El sacerdote aragonés, responsable de las relaciones con obispos de España y varios países latinoamericanos, también reflexionó sobre los retos globales, señalando que "el gran tema del siglo XXI no es solo la inmigración, sino la convivencia". "Es una cuestión sin resolver que afecta a familias, culturas y naciones", explicó. "Muchos conflictos cotidianos surgen porque no sabemos valorar al otro, acogerle o descubrir lo positivo que tiene".

 Una Iglesia más allá de la imagen de los medios  

Arregui defendió además una visión de la Iglesia alejada de los estereotipos mediáticos: "A veces se juzga a las personas por cuatro recortes de prensa, pero la Iglesia sigue a Jesucristo y quiere ser fiel al momento actual". En ese sentido, elogió el pontificado del papa Francisco por su compromiso con "la paz, la justicia y la opción por los pobres".

La entrevista cerró con una reflexión sobre el peso del español en el Vaticano, donde, pese a la preeminencia del italiano y el latín, el idioma cervantino gana terreno gracias a la influencia de los más de 600 millones de hispanohablantes —incluidos los 75 millones en EE.UU.— y a la creciente presencia de cardenales latinoamericanos y españoles en la Curia. Un dato que, según Arregui, confirma que el español "no es solo una lengua hablada, sino una cultura viva en el corazón de la Iglesia".