Pepita Bernat (106): "Por la tarde me pongo lo más guapa que puedo y me voy a bailar, aunque poco, porque no tengo bailadores de mi edad, se me mueren todos"
Esta catalana de 106 años se niega a quedarse en casa y cada domingo acude a la mítica sala La Paloma de Barcelona para disfrutar de su gran pasión: el baile

Ángel Expósito y Paloma Serrano cuentan la historia de Pepita Bernard Bosch
Publicado el - Actualizado
3 min lectura4:45 min escucha
A sus 106 años, Pepita Bernat Bosch tiene una vitalidad y una alegría desbordantes. Esta mujer centenaria se ha convertido en un ejemplo de cómo vivir la vida al máximo, una historia increíble que han contado Ángel Expósito y Paloma Serrano en el programa 'La Linterna' de COPE. Cada domingo, Pepita tiene una cita ineludible que la llena de ilusión: bailar en la mítica sala La Paloma de Barcelona. Su historia recuerda al creciente interés que despiertan los estudios sobre personas centenarias en nuestro país.
El secreto de la eterna juventud
Para Pepita, el baile es su mayor afición y, según ella, el secreto de su eterna juventud. No importa el ritmo, ya sean boleros, valses o piezas flamencas, nada se le resiste a esta catalana que lleva bailando toda la vida. Aunque, como ella misma confiesa con humor, encontrar pareja de baile no siempre es fácil a su edad. "Por la tarde me pongo lo mejor que tengo, lo más guapa que me puedo poner, y me voy a bailar, me voy al baile. Bailar, bueno, poco porque no tengo bailadores de mi edad, se me mueren todos", explica.
A pesar de todo, siempre encuentra con quién compartir una pieza. "Tengo un chico que tiene pareja, pero le hace mucha ilusión bailar conmigo, con una mujer mayor, y me saca a bailar los dos o tres bailes", comenta. Y, con picardía, añade que aunque hay señores más mayores, prefiere bailar con los jóvenes: "Me gusta más con el joven. Se mueve más el joven", admite.

Pepita Bernat
Los bailes de antes, sin embargo, tenían un encanto especial que ella echa de menos. "Los bailes eran más románticos que ahora, y bailabas agarradita, no como ahora que saltan y barren a su manera, y solos", rememora. Con nostalgia y una sonrisa, añade: "Nosotras bailábamos agarraditas, no mucho, pero agarraditas. Y si te gustaba el chico, pues te apretaban un poquito más".
Los bailes eran más románticos que ahora, y bailabas agarradita"
Centenaria de Barcelona
Una vida de trabajo y superación
Nacida en Barbens (Lleida) en 1919 y criada en la Rambla de Barcelona, la vida de Pepita no ha sido un camino de rosas, lo que hace todavía más admirable su fortaleza. Es una de esas personas que demuestran por qué España es uno de los países con más centenarios del mundo. Tras casarse, a los 25 años sintió que necesitaba libertad y decidió marcharse a escondidas a trabajar a Suiza. A su regreso, dos años después, tuvo que enfrentarse a las limitaciones de la época.
Como mujer emprendedora, tuvo que superar obstáculos sociales importantes. "Como en aquellos tiempos los negocios, aunque yo los pagara, tenía que ser a nombre de mi marido, eso me fastidiaba. Pero bueno, los hice y los puse, y gracias a Dios, nos fueron bien", relata. Y vaya si le fueron bien. Pepita no paró de crear negocios con la ayuda de sus empleados: "Primeramente, puse un chiringuito en la playa, que antes eran merenderos. Luego puse una carnicería, después una peluquería, después otra peluquería, y después una carnicería, todo junto".

Pepita Bernat
Su trayectoria vital incluye haber vivido la Guerra Civil y la posguerra, una etapa que recuerda como especialmente dura. "Más mala la posguerra, casi que la guerra. Hemos pasado muchos momentos malos. Teníamos que ir a buscar el racionamiento a dos kilómetros para poder tener una barra de pan en aquellos tiempos", rememora sobre las dificultades de aquella época.
Más mala la posguerra, casi que la guerra"
Centenaria de Barcelona
Un presente lleno de vitalidad
Hoy, a sus 106 años, Pepita disfruta de la vida junto a una de sus sobrinas, Rosa, quien afirma con admiración que su tía sigue siendo increíblemente autónoma. "Casi me ayuda más ella a mí que yo a ella porque es muy autónoma todavía. Hace la comida, todo, todo", asegura Rosa. La longevidad de Pepita es un hito, similar a la de otros compatriotas como el extremeño que a sus 110 años se convirtió en el hombre más longevo de España.
Además de su activa vida social, esta centenaria triunfa en redes sociales y es la protagonista de un libro. Sin embargo, su mayor alegría sigue siendo la misma de siempre: disfrutar cada domingo en la pista de baile de La Paloma, donde todos la conocen y admiran por su inagotable simpatía y sus ganas de vivir.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



