“No dejo de ser un embajador natural de España, de nuestra cultura en el mundo a través de la guitarra”, así se define uno de los mejores guitarristas clásicos del mundo, el español Pablo Sáinz-Villegas.

Este logroñés toca la guitarra española como nadie lo hace en el mundo y ha llevado su música a más de 40 lugares del mundo.

Una de sus interpretaciones más aclamadas fue la del 29 de junio de 2016 en el Santiago Bernabéu junto a Plácido Domingo ante 85.000 personas.

Y una de los escenarios más extraños en los que ha tocado ha sido en el río Amazonas, sobre un escenario flotante, por una causa solidaria.

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CONCIERTO DE ARANJUEZ

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Cuenta Pablo en ‘Herrera en COPE’ que una delas piezas que más le piden que interprete es el 'Concierto de Aranjuez’ del maestro Joaquín Rodrigo, “una de las piezas más universales del repertorio de música y tan universal”.

Una obra que ha interpretado por todo el mundo con diferentes orquestas como en Berlín, Chicago…

Recuerda Sáinz-Villegas lo que consiguió el maestro Rodrigo con esta obra: “supo transmutar ese dolor de una experiencia tan dolorosa como fue la pérdida de su hijo en música, en paz, en aceptación y eso lo convierte en universal”,

Para Pablo esta pieza “forma parte de mí” y confiesa que “cada vez que interpreto esas notas musicales, siento al maestro Joaquín Rodrigo muy cercano a mi corazón y siento una conversación íntima con él”.

Considera este guitarrista universal que ‘El concierto de Aranjuez’ es “una oda en los momentos que estamos viviendo, en los momentos de superación y de aceptación y de dar lo mejor de uno mismo para transmutar los miedos y dolores que tenemos en aceptación y en paz”.

“Cada vez que lo toco es nuevo, es una parte de mí, es una extensión de mis emociones”, añade Pablo.

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LA GUITARRA, RAÍZ Y CULTURA ESPAÑOLA

Para Pablo, "la guitarra es uno de los pocos instrumentos que se vincula a las raíces y a la cultura española".

Por eso, para él es importante y necesario “llevarlo y mantenerlo en todos los escenarios; y acercarlo a la gente porque la música pertenece a la gente”.

“La guitarra es un puente, desde sus inicios ha tenido un pie en la música folclórica y también clásica; es un puente entre lo popular y lo oculto y ese es su valor”, concluye Sáinz-Villegas