Javier Zarzalejos, secretario general de Faes y secretario general de Presidencia durante los gobiernos de José María Aznar, ha sido entrevistado este miércoles en 'Herrera en Cope' con ocasión de la publicación de su libro “No hay ala oeste en la Moncloa”. Según ha dicho, “los silencios de Aznar son mucho peores que las broncas”.

A este respecto, Zarzalejos ha explicado que ”Aznar es una persona exigente en el trabajo” que traslada esa “exigencia personal” a quienes trabajan con él. Se caracteriza por una “autodisciplina extraordinaria” pero “es una persona que sabe delegar”. Es “bastante más comprensivo con los fallos de las personas de lo que algunos pudieran imaginar”. Por eso, “no es un hombre de broncas” ya que “habla mucho con los silencios”, ha señalado quien fue su mano derecha.

Preguntado por las negociaciones que tuvo que llevar a cabo con la banda terrorista ETA por mandato del expresidente, Zarzalejos ha dicho que supusieron “una enorme responsabilidad facilitada por tener un mandado muy claro de lo único que había que hacer”. Aznar “hizo el esfuerzo de llevar hasta el límite las posibilidades de transparencia: anunciar la posibilidad de contacto y confirmarlo después”, ha señalado.

En este sentido, ha dicho que “una de las confirmaciones” de aquellas reuniones con los terroristas es ”el delirio” en el que vivían. “El diálogo” encontró “una muy escasa base común", ya que ETA “quería arrastrar a todo el nacionalismo a la ruptura”, ha señalado.

En lo que respecta a la guerra de Irak de 2003, Zarzalejos ha dicho que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva y que las había utilizado “en masacres que dejan absolutamente pequeñas las barbaridades de Siria”. A este respecto, ha señalado que aquella fue una “intervención de apoyo político a Reino Unido y a Estados Unidos en la que Aznar había invertido mucho tiempo y esfuerzo”.

Sobre los atentados del 11-M que tuvieron lugar después, el exsecretario de Presidencia ha dicho que “hubo contactos desde muy pronto esa mañana” entre Aznar y Zapatero, “lo que no hubo fue una reunión formal”. Zarzalejos ha lamentado que aquella situación “tan tremenda” generó “estrategias que tenían poco que ver con la unidad en aquellos momentos”. 

Sobre su paso por La Moncloa, Zarzalejos ha dicho que “en política todo el mundo debe ser transeúnte”.