La pastelería madrileña Viena Capellanes, que empezó en 1873 como una pequeña tahona, se ha convertido hoy en una empresa de cientos de trabajadores que ha decidido arrimar el hombro altruistamente para "mimar" a los profesionales que día y noche luchan contra el coronavirus. Desde las siete de la mañana y hasta las 11 de la noche reparten sus exquisiteces entre los sanitarios que cuidan a los enfermos trasladados al hospital de campaña instalado en IFEMA.

Según ha dicho este jueves en 'Herrera en COPE' el CEO de la casa, Antonio Lence Moreno, están ofreciendo café, sandwiches y bocadillos, entre otros manjares, al personal que lo necesite. Y es que, "las autoridades se han preocupado de que tengan lo básico", pero ellos han querido "cuidarles, darles un mimo con lo que sabemos hacer mejor: sandwiches, palmeras, muffins, zumo, yogures...".

Gracias a la "solidaridad de mucha gente", desde proveedores a clientes, pretenden "sostener el servicio durante todo lo que dure el operativo". 

Además, este viernes extenderán su iniciativa a los militares de la UME que se encuentran en Torrejón de Ardoz para "agradecerles lo que están haciendo por nosotros. Esto es una guerra y la vamos a ganar gracias a la gente maravillosa que nos está cuidando", ha subrayado Lence Moreno.

MENÚS A NIÑOS AFECTADOS POR LA CRISIS

Aunque empezaron solos, para recompensar a todos los profesionales que tratan de frenar la curva del virus, han impulsado una campaña de ayuda que pretende llegar a más personas. La respuesta de la gente ha sido tal que están "desbordados".

Viena Capellanes ya participa en otra iniciativa solidaria impulsada por la Comunidad para ayudar en la crisis del coronavirus. Lleva menús a los niños que pertenecen a familias perceptoras de Renta Mínima de Inserción (RMI).

La pastelería fue una de las primeras firmas que contó con la distinción de "Proveedores de la Casa Real". Desde entonces, mantienen la producción artesanal de sus pasteles, entre ellos muy conocidos las palmeras y la tarta Sacher.