Una persona en su vida cotidiana emplea de media unas 300 palabras al día. Y muchas de ellas son nombres: de personas, de animales, ríos, de montañas y, aunque no las veamos, también de bacterias. Estos microorganismos unicelulares se encuentran en casi todas las partes de la tierra y son vitales para el ecosistema del planeta. Nosotros mismos estamos llenos de bacterias, la mayor parte de ellas, beneficiosas para el ser humano. Otras no tanto, como la legionela, la e-coli, salmonella o listeria. Pero, ¿quién les pone nombre?

Normalmente, la nomenclatura le corresponde al microbiólogo la tarea de poner la nomenclatura a las bacterias, así que suele ser común que conforme se van descubriendo se les vaya nombrando ¿Cómo? Pues, desde el siglo XVIII las especies se agrupan con una doble etiqueta: un nombre genérico para todas las especies del mismo género y un nombre específico para cada una de ellas, sería algo así como un nombre y apellido.

No siempre conocemos los dos, aunque el hacerlo puede cambiarlo todo. Por ejemplo, en un hospital no es lo mismo hablar de una fluorecens que de una aeruginosa. Las dos son pseudomonas, pero mientras la primera es una superbacteria muy beneficiosa en nuestra flora intestinal: la segunda desencadena infecciones importantes.

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Suele ser el microbiólogo que las descubre el encargado de nombrar a esas bacterias. Sin embargo, en esta ocasión la responsabilidad ha recaído en un grupo de chicas de 17 años de un pueblo de Sevilla que va a entrar en la historia de la ciencia poniendo nombre a una bacteria descubierta recientemente de la familia de las Blastococcus.

"Personalmente, no me esperaba que hubiésemos ganado, porque había propuestas de nombres muy interesantes. Pero, al final, salió el nuestro como ganador". Son las palabras de Marta, una joven de 17 años que estudia Segundo de Bachillerato en el Instituto La Campiña de Arahal, localidad de la provincia de Sevilla. Ella, junto a sus compañeras Andrea, María, Clara, Claudia, Elena y Paola han ganado un concurso internacional que elegía el nombre idóneo para una bacteria recién descubierta. ¿Y cuál ha sido el nombre propuesto por ellas y que lleva la bacteria? Rubusidaeus que significa frambuesa y, como nos cuenta Claudia, la razón por la que escogieron ese nombre era porque, al mirar la bacteria por el microscopio, vieron que "era de color rosa y que tenía forma de una frambuesa".

Desde el 17 de marzo, una de las cuatro bacterias a las que se ponía nombre en este concurso internacional se llama blastococus rubusidaeus. Los nombres de Andrea, María, Clara, Claudia, Elena, Marta y Paola van a quedar publicados en un artículo en la revista oficial del Comité Internacional de Sistemática de Procariotas, que es el encargado de publicar el Código Internacional de Nomenclatura de Bacterias. Por lo que estas 7 jóvenes, como decíamos antes, entran ya a formar parte de la historia de la ciencia. "Ha sido una experiencia muy motivadora para todos", comenta Paola.

Todas ellas, como decimos, son alumnas de Segundo de Bachillerato del IES Campiña de Arahal, en la provincia de Sevilla ¿Cómo ha sido vivir esto para ellas y para el instituto? El jefe de estudios del centro, Carlos Lobato, explica en'Herrera en COPE' que "era un proyecto común entre el alumnado de ciencias y de humanidades (...) Ha sido una experiencia preciosa, tanto para los de ciencias como para los de humanidades, que han podido trabajar en conjunto, combinando los conocimientos de cada uno". Esto se debe a que el nombre de estas bacterias es siempre en latín. Por este mismo motivo han trabajado en conjunto los estudiantes de estas dos ramas académicas. "Muchas de estas chicas tienen la idea de estudiar medicina, por lo que les va a tocar muy de cerca el tema", agrega. Además de que para la búsqueda de este nombre se han inspirado hasta en la mitología del mundo clásico.

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¿Cómo llego esta propuesta a sus manos?

Fue un proyecto que pensado entre Carlos Lobato y su compañero Sergio López (profesor de griego y de latín). "A principio de curso hablábamos de hacer un proyecto común (...) Por casualidad, Sergio se encontró con la microbióloga que descubrió estas bacterias y le comentó nuestra intención de hacer un proyecto juntos", narra Lobato. A partir de este encuentro fue como surgió la idea de hacer un concurso para elegir el nombre de 4 bacterias.