Fernando Raigal llegó desde Ciudad Real a Tailandia, trabajando en diferentes barcos. Conocer a uno de los ex Navy Seals le hizo implicarse en la búsqueda y rescate de los niños de la cueva en Tailandia. “Contento de que todo haya salido bien”, asegura que nunca perdieron la esperanza.

Aunque admite estar triste por el buzo fallecido, ya que “estaba en la misma unidad que yo, le conocía de cuatro días y es importante colaborar para hacer una donación a su mujer”, prefiere no analizar las diferentes versiones sobre lo ocurrido.

La reacción de los profesionales cada vez que salía un niño “fue muy profesional, se atendía a los niños para comprobar su salud nada más salir y luego se les dirigía a la ambulancia”, ha dicho este jueves en 'Herrera en COPE'. Los niños salían sedados “y tiene todo el sentido del mundo, porque es un riesgo muy alto someter a alguien consciente a una travesía tan complicada sin saber bucear”.

Afirma que una vez que llegó allí, estaba en constante comunicación con su familia. “Ellos están acostumbrados a que esté buceando continuamente y siempre hay riesgo”. 

Ahora Fernando volverá a casa, comprará el pan, y en su cabeza siempre estará la experiencia de haber logrado sacar adelante una situación complicada, que le ha reconocido su majestad Felipe VI.