Carlos Herrera se ha caracterizado por su desparpajo ante el micrófono y su simpatía detrás de él. Siempre se ha mostrado como la persona que realmente es: hogareño, sencillo y muy apasionado, no solo por su trabajo sino por sus aficiones.

Hoy, 8 de julio, Carlos Herrera cumple 63 años. En homenaje a la figura del periodista y de su importante papel en el campo de la comunicación, ABC ha recuperado una entrevista que concedió a la revista 'Blanco y Negro' en el año 1989 -hace treinta años-, cuando el andaluz presentaba el programa de Televisión Española, 'Sábado Noche'.

El presentador de 'Herrera en COPE' se definió, como una persona sobria que apreciaba especialmente la capacidad de la gente de saber callarse en los momentos adecuados. En la misma entrevista confesó padecer “cierto autismo” pero amaba “perezosear”. De hecho dijo que para estar en forma solo necesitaba dormir y que odiaba a “los catetos nacionalistoides”.

Aficionado al deporte

Desde hace muchos años, Carlos Herrera se ha caracterizado por ser un auténtico aficionado al deporte. Es más, durante los meses de confinamiento, el presentador de 'Herrera en COPE', ha lucido más de 140 camisetas de equipos diferentes, tanto de fútbol como de baloncesto, que hace dos días salieron a subasta con carácter benéfico.

En aquella entrevista, hace treinta años, Herrera afirmó que su deporte favorito era el fútbol y que su gran sueño era que “el Barça gane la Liga con otro 0-5”

Devoto de la cultura

Manuel Scorza y Vázquez Montalbán son dos de sus escritores favoritos. También, aficionado al arte, señaló a “Antoñito López y Dalí, el gran provocador” como sus figuras artísticas favoritas y Juan Solano y Manuel López-Quiroga como sus músicos preferidos. También se define a sí mismo como admirador de la política de Abderramán III y de la historia de América.

Amante de la gastronomía

Otra de las facetas que más caracterizan la figura de Herrera es su afición por la gastronomía. Andaluz amante de la comida, dijo que no había nada mejor que “patatas a lo pobre y cualquier Rioja”, y quiso añadir que admitiría cualquier reforma “menos la gastronómica”.