Montar una casa rural era la forma más habitual de devolverle cierta vida a la llamada España Vaciada. Hasta ahora. Desde la pandemia, muchos trabajadores se están mudando a pequeñas poblaciones, donde está surgiendo una oportunidad de negocio y, al mismo tiempo, una alternativa para revitalizar nuestros pueblos: el coworking rural.

Se trata de un espacio de trabajo para autónomos, pymes o nómadas digitales que en lugar de estar ubicado en las grandes ciudades está alejado del mundanal ruido, en medio del campo prácticamente. Una oficina rural por decirlo de alguna forma. ¿Y sabes dónde está el coworking rural más grande del mundo? En nuestro país, concretamente en la Sierra de la Demanda, situada en las provincias de Burgos, Soria y La Rioja, o lo que es lo mismo, en pleno sistema ibérico. Estamos hablando de una extensión de 2.000 kilómetros cuadrados, repartidos en tres espacios de coworking: uno en Atapuerca, otro en Pradoluengo y otro en Pineda de la Sierra, todos en la provincia de Burgos.

Desde la pandemia, compartir oficina es algo más que una moda pasajera, es una realidad para muchas empresas y muchos trabajadores. En los pueblos, además, un espacio así brinda la posibilidad a sus habitantes de emprender un negocio digital. Y es que, en este coworking, en la Sierra de la Demanda, dicen que te pueden ayudar a crear un nuevo empleo, o a mejorar el que ya tienes. La pregunta es, ¿de verdad existen o se pueden crear trabajos nuevos? En 'Herrera en COPE' hemos hablado con Lorena Morente, cofundadora del coworking La Grulla en Candeleda, quien se ha inventado una palabra -"trabajaciones"- para definir esta modalidad de trabajo.

Lorena Morente nos ha desgranado la naturaleza que ve desde su ventana y escucha, ya que para ella "te ayuda a concentrarte". Tal y como nos ha contado la cofundadora, ellos no son de allí, sin embargo, "estamos encantados viviendo aquí. El cambio de la ciudad al pueblo para nosotros ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado en la vida", destacaba. La creadora del coworking ha explicado cómo es el lugar de trabajo en el que solo caben alrededor de once personas: "Es familiar, es pequeñito. Hay espacio para unas siete personas. Además de una sala acristalada para cuatro personas en las que se pueden hacer reuniones para mantener más privacidad", señalaba.

Además, se consideran muy flexibles ya que intentan adaptarse a "las necesidades de cada uno", que son muy diferentes, porque tienen gente que acude de forma habitual y, otros, que prolongan sus vacaciones e intentan trabajar desde el pueblo. "Hemos intentado hacerlo lo más confortable y agradable posible", resaltaba Lorena, añadiendo que lo que quieren es que los trabajadores puedan inspirarse con el entorno para que uno pueda ser "más productivo".

Lorena nos ha contado que tienen clientes "de todo tipo": "Tenemos un chico emprendedor que tiene su propia empresa de organización de eventos, otro chico que tenía su propia empresa para implementar el teletrabajo en otras empresas, una diseñadora de imagen corporativa... de todo tipo, tanto gente que trabaja para otras empresas que teletrabajan, como emprendedores que están arrancando", enumeraba. Además, la cofundadora destacaba del coworking que, no solo es un espacio "cómodo para trabajar", sino también "para establecer sinergias, y aquí pues han surgido otros nuevos proyectos y colaboraciones en las que también ayuda a avanzar y desarrollar tus propios proyectos", terminaba diciendo.