El 23 de junio de 2016, 17,4 millones de británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea (un 51,9% de la población) frente a los 16,1 millones que lo hicieron por la permanencia en el bloque comunitario (un 48,1%). Un resultado ajustado que en los años posteriores ha tenido una enorme transcendencia política y económica.

El pasado 31 de enero, el Reino Unido hizo efectiva su salida de la Unión Europea. 2021 ha sido el año en el que el brexit ha pasado de ser un eslogan a ser una realidad. Más de 350 mil españoles en Reino Unido han empezado a sufrir este año las consecuencias de esta decisión.

Se ha impuesto un nuevo régimen para seguir residiendo, estudiando o trabajando en este país, con unas condiciones que distan de las que nos aplicaban en el pasado.

Aunque esta no es la única crisis que padece Reino Unido. La escasez de suministros como la gasolina, recordamos las imágenes propias de una película casi postapocalíptica en la que los ciudadanos llegaban a pelearse por intentar llenar el depósito de su coche, o la falta de productos en los supermercados por la falta de transportistas son algunos de los males que, junto a la alarmante incidencia que está teniendo el covid en el país británico, han puesto en jaque el bienestar de todos los ciudadanos de Reino Unido.

En cuanto a nuestra relación con ellos, según la CEOE, un año después de la notificación del brexit, casi un 50% de las empresas españolas tiene algún tipo de relación con el Reino Unido. La mayoría, sustentadas en la exportación (el 18%), y en las implantaciones a través de filiales (13%).

Londres, la City de las finanzas por excelencia está experimentando en sus propias carnes los efectos del brexit. Desde la entrada en vigor de la medida, Reino Unido ha perdido de golpe más de 7.600 puestos de trabajo en el sector financiero y han salido del alrededor de 1,3 billones de libras en activos de fondos que se han transferido a otras grandes capitales de países que sí pertenecen a la Unión Europea.

Además, la falta de personal en sectores como el Sanitario o el agrónomo está lastrando la calidad de vida que Reino Unido había logrado labrar durante años.

Todo esto son consecuencias directas del brexit, y por eso en ‘Herrera en COPE’ queremos saber de qué manera ha afectado a los británicos y extranjeros que están allí estudiando o trabajando.

Alicia Arcas es española y vive en Londres donde está estudiando. Hace cuatro meses empezó a trabajar en el departamento de Marketing en una empresa de Recursos Humanos que nos habla de la escasez de productos que han tenido y que siguen teniendo “porque durante la pandemia sí que tuvimos mucha escasez de productos pero pensaba que iba a terminar, aunque sigue igual” y nos describe algunas situaciones con las que se encuentran algunos días cuando va al supermercado después de trabajar “y ya no quedan naranjas, plátanos, carne… y hay que esperar al día siguiente”.

Alicia ha podido venir a España para pasar la Navidad junto a su familia, aunque vive “con la incertidumbre de no saber si podrá o no vovler allí aunque tiene la residencia”.

Asegura Alicia que muchos de sus amigos y conocidos ingles que tiene “y que votaron a favor de que el brexit pasara, ahora se están echando atrás. Sobre todo, al ver el tema de las restricciones de ahora, el no poder viajar, la escasez de productos. Sí que muchos se arrepienten de haber tomado esa decisión”.

Y esa es la misma opinión que comparte la británica Anne Hernández que vive en la localidad malagueña de Mijas, y además es la presidenta de la Asociación de Afectados por el brexit en España, que admite que “son muchísimos problemas que ni siquiera consideramos antes de firmar el acuerdo”.

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Señala Anne que “para nosotros el brexit es un desastre, tanto para los británicos que están viviendo en la UE, los que viven en el país y para los extranjeros”.

Se queja Hernández “de la falta de información” que existe entre las autoridades, las administraciones para resolver algunos de los problemas como pueda ser el solicitar el permiso de residencia.

Problemas a los que hay que añadir, por ejemplo, el carné de conducir o la libertad de movimiento dentro del Espacio Schengen.