Este viernes, por fin y después de mucha espera, llegará a los cines españoles una de las cintas más esperadas de este otoño: Napoleón, del icónico director Ridley Scott. A él lo conoces de sobra, porque fue quien dirigió, entre otras, Gladiator, y ha sido oscarizado. Como protagonista de su obra, está Joaquin Phoenix, otro actor con Oscar, que cada vez que sale en pantalla, demuestra por qué se dedica a lo que se dedica.

Y aunque todavía faltan unos días para que llegue a nuestros cines, ayer se hizo una proyección en el Museo del Prado, la primera vez en 204 años, de la película con el director y el protagonista. Allí estuvo Javier Sierra, nuestro experto en "lo misterioso", que ha contado en 'Herrera en COPE' aquellas cosas que son fieles al personaje histórico en la película, y aquellas que no.

Para empezar, nos decía que dura dos horas y media y que hace un recorrido a la vida de Napoleón espectacular, desde que es nombrado general, hasta el final. De hecho, y sin destripar nada, asegura que la película empieza con la guillotina y la ejecución de los reyes de Francia, y que, como algo positivo, los efectos especiales no son digitales, sino que están creados, la mayoría, a la antigua usanza.

Eso sí, hay algunos flecos que no le han terminado de convencer, como la relación que construye entre Bonaparte y Josefina, o que, al mostrar la juventud del general, se sigue tratando de Joaquin Phoenix.

Una película que pasa por alto uno de los episodios más importantes

Si algo le ha llamado la atención a Javier Sierra de la película, es que no se menciona ni una sola vez a España, pese a las batallas que presentó en nuestro país, y pese a que su primera gran derrota fue en la Batalla de Bailén. Nada, en ningún momento se menciona su incursión en nuestra tierra.

Aunque cree que las imágenes están estupendamente recreadas, lo cierto es que no bebe, para inspirarse, de ninguno de los cuadros de Goya que representaban en esa época, y sí de otros tantos para reflejar a Napoleón fielmente. "Yo esperaba un retrato un poco más profundo de Napoleón y sus motivaciones" expresaba.

Tampoco ha reflejado bien la película, sus pasiones por lo oculto y por Egipto. "Hay una primera imagen de Egipto sacada de grabados fabulosos que mandó a hacer él en el siglo XIX de descripción, muy bien retratado, pero la siguiente imagen son cañones de Napoleón bombardeando las pirámides, que no lo habría hecho nunca y antes se corta un brazo" decía.

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Y es que su pasión por Egipto y su cultura fue tal que "se lleva a 169 sabios para absorber la cultura egipcia, que él creía que era la base de la civilización, lo último que se le hubiera ocurrido era bombardear las pirámides" decía Javier Sierra.

Tanto es así, que pasó una noche en el interior de la cámara del rey de la Gran Pirámide y algo le debió perturbar, hasta el punto de que, al salir, sus soldados le preguntaron por qué estaba tan pálido, y él respondió: "aunque os lo contara, no me ibais a creer".

Su pasión por lo oculto que llegaba a través de su madre

Javier Sierra cree que la película tampoco ha reflejado bien su pasión por lo oculto ni las propias motivaciones de Napoleón. Y es que su madre siempre creyó que él estaba destinado a hacer grandes cosas, por lo que, año tras año, se lo repetía a su hijo.

"Su madre le inculcó que estaba destinado a hacer grandes cosas. Cuando nace aparece un cometa sobre los cielos de Europa que interpreta una señal cósmica de que el hijo que está a punto de parir será importante, y él tendrá la idea de que estaba predestinado a cambiar el destino del continente. Eso aparece en algunos momentos de la cinta, pero no con la importancia que tiene para construir su personalidad" sentenciaba el escritor.

De hecho, consultaba astrólogos de forma frecuente, a pesar de que no sale en ningún momento en la película.