Gregorio Luri, profesor de Filosofía: "El sufrimiento puede ser real sin que por ello nos deje en el alma la huella indeleble de un trauma"
El filósofo critica en 'Herrera en COPE' la tendencia a culpar a los traumas de los malestares de la vida adulta, anulando la voluntad y la responsabilidad personal

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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El profesor de Filosofía Gregorio Luri ha alertado este jueves, en la sección ‘Laboratorio de ideas’ del programa ‘Herrera en COPE’, de una confusión cada vez más extendida en la sociedad, especialmente en los centros educativos. En una conversación con Jorge Bustos, Luri ha señalado que se tiende a mezclar conceptos como “malestares con conflictos, y conflictos con traumas”, una tendencia que, a su juicio, nos descarga de responsabilidad ante las dificultades.
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El conflicto y el trauma, por Gregorio Luri | Laboratorio de Ideas
“Hay malestares que son inherentes al mero hecho de estar vivo”, ha defendido el filósofo. Por ello, ha advertido de que “no podemos estar descargando nuestras responsabilidades sobre traumas que vivimos en la infancia y que nos han marcado para siempre”.
La industria del malestar
Para ilustrar esta idea, Luri ha recurrido a la novela ‘Frankenstein’, que considera un claro anticipo del presente. En la obra, la criatura le exige a su creador: “Dadme la felicidad y seré virtuoso”. Según el filósofo, esto refleja la creencia actual de que, si no se es feliz, debe existir un trauma que impide la virtud, lo que “deja la voluntad en el sumidero de la historia”.
Este enfoque ha dado lugar a lo que Luri denomina una “floreciente industria del malestar”, estimulada por lo que califica de “psicosocialismo”, la ideología actual de la izquierda. Frente a la protesta constante por los “malestares episódicos”, el pensador ha reivindicado “amar la vida incondicionalmente”, a pesar de sus inevitables “alfilerazos”.
La paradoja de la responsabilidad
Luri ha compartido una anécdota atribuida a Sagasta sobre un joven que, tras asesinar a sus padres, pide clemencia al juez alegando: “Señor juez, por favor, que soy un pobre huérfano”. Con ello, ha criticado la tendencia a victimizarse para eludir las consecuencias de los propios actos.
El filósofo también ha planteado una reflexión sobre la salud mental y el trato diferencial que la sociedad aplica en ciertos casos. Ha destacado cómo, a diferencia de los animales, donde se considera si sienten dolor, esta preocupación no parece extenderse al feto. “¿Por qué no nos preocupamos si el feto es capaz de sentir dolor? ¿No nos preocupa la salud mental de la embarazada que se dispone a abortar?”, ha cuestionado.

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Serenidad frente a la frustración
Gregorio Luri ha matizado que para que exista un trauma “ha de haber un conjunto persistente de síntomas que perturban de manera notable la vida diaria”. Ha subrayado que “el sufrimiento puede ser real sin que por ello nos deje en el alma la huella indeleble de un trauma”.
Citando a Antonio Machado, Luri ha recordado que la vida es compleja y está llena de espinas, pero estas forman parte de nuestra esencia. “Si nos arrancamos las espinas que tenemos clavadas en el corazón, ¿qué ocurre? Pues que nos quedamos sin corazón”, ha expresado.
La vida, según el filósofo, no está exenta de frustraciones, ya que “no todo lo que deseamos está a nuestro alcance”. Por este motivo, ha concluido que la gran virtud que se debe reivindicar en los tiempos actuales es la serenidad.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.