El cerebro, en jaque: la ciencia demuestra cómo los vídeos cortos merman la atención en adultos
Un estudio a gran escala revela que el uso de TikTok o Reels reduce la capacidad de concentración y se correlaciona con una peor salud mental más allá de los adolescentes

Escucha el Laboratorio de Ideas de este martes 18 de noviembre
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La preocupación por el efecto de las redes sociales en las capacidades cognitivas, popularizada por pensadores como Jonathan Haidt respecto a los adolescentes, escala a un nuevo nivel. El problema ya no es solo cosa de niños. Así lo ha explicado el profesor de Ética, Ricardo Calleja, en la sección ‘Laboratorio de ideas’ del programa ‘Herrera en COPE’, presentado por Jorge Bustos, donde ha desgranado una investigación reciente que confirma que los vídeos cortos también afectan a los adultos.
El estudio más completo hasta la fecha
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El efecto de los vídeos cortos, por Ricardo Calleja | Laboratorio de Ideas
Los datos provienen de un artículo científico publicado recientemente por un equipo de la Quickfift University de Australia. Según ha detallado Calleja, “se trata de un metaanálisis que reúne datos de 71 estudios sobre casi 100.000 personas”. Esta extensa revisión evalúa cómo el uso de vídeos cortos, presentes en plataformas como TikTok, Instagram (Reels) o YouTube (Shorts), impacta en la atención, la cognición y la salud mental, ofreciendo la síntesis “más completa y rigurosa que tenemos sobre el tema”.
El resultado de la investigación es bastante claro. Tal como ha señalado el profesor, “cuanto más se usan estos vídeos cortos, peor salen los resultados de atención y control inhibitorio”. Este efecto, aunque no es “devastador”, sí resulta relevante, ya que el cerebro se acostumbra a los estímulos rápidos y, en consecuencia, “le cuesta mantener el foco”. Además, el estudio muestra una correlación negativa con la salud mental, asociándose a más estrés, ansiedad, depresión y peor calidad del sueño.
¿Cómo proteger nuestro cerebro?
Ante esta realidad, que muchos experimentan en su día a día como una pérdida de la capacidad de concentración, Ricardo Calleja recomienda tomar conciencia de que no es un problema menor.

Ricardo Calleja, profesor de Ética
“Realmente al dejar de usar este músculo de la atención, perdemos nuestra capacidad para disfrutar de cosas fundamentales de la vida que tienen que ver con nuestras capacidades intelectuales, con nuestras capacidades estéticas”, ha afirmado.
Por ello, propone ejercitar la atención con hábitos sencillos como leer sin prisa y con el móvil lejos, ver una película sin distracciones o pasear sin el teléfono.
Necesitamos una audiencia, unos espectadores en cada momento para darnos ese chute de dopamina que da la atención ajena"
Aunque abandonar las redes sociales parece una medida radical y es difícil escapar de los vídeos cortos, Calleja sugiere evitar el impulso de compartir todo lo que hacemos. Según el experto, a menudo buscamos una recompensa inmediata porque “necesitamos una audiencia, unos espectadores en cada momento para darnos ese chute de dopamina que da la atención ajena”. Su consejo es esperar al día siguiente para compartir algo, convirtiéndolo en un acto meditado y no en una búsqueda de validación instantánea.
Volver a la experiencia real
Finalmente, el profesor de Ética ha insistido en la importancia de recuperar la experiencia directa, sin el móvil como intermediario. La costumbre de verlo todo a través de una pantalla o de mostrar una foto en lugar de contar una vivencia nos impide, según Calleja, “desarrollar esas habilidades narrativas que es lo que hace una conversación agradable”. Se trata, en definitiva, de volver a conectar con los cinco sentidos y con las personas sin la mediación constante de la tecnología.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



