Pues este lunes, Carlos, nos deja, también, la historia de James Dean. Un actor de Hollywood que hubiera cumplido este 8 de febrero 90 años. Sin embargo, el destino quiso que tanto su carrera como su vida fueran muy cortas. Murió a los 24 años en un accidente de coche. Conducía un Porsche 550 Spyder que se había comprado con uno de sus primeros grandes sueldos.

A simple vista, de Dean no se hubiera dicho que era el prototipo de una estrella de Hollywood. Era bajito y tímido, sin embargo, las apariencias engañaban. Porque en cuanto se encendían las cámaras, se crecía. La oportunidad de hacer cine le llegó, paradójicamente, con el teatro. Participaba en ‘The Immoralist’ y el director Elia Kazan le fichó para ‘Al Este del Edén’.

Esa sería su primera película, por la que recibiría su primera nominación al Oscar. También la única que vio estrenar. Ya para entonces estaba rodando la cinta que le encumbró como emblema juvenil: ‘Rebelde sin causa’. Y antes de acabar con su postproducción ya rodaba 'Gigante'. Por este papel conseguiría su segunda nominación, aunque para entonces ya estaba muerto.

Su figura, 66 años después, sigue fascinando a miles de fans y sigue siendo muy rentable. Se calcula que su imagen todavía genera alrededor de 5 millones de dólares al año, según Forbes.

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