Siento llevar la contraria a mis compañeros de fatigas de opinión, pero a mí este gobierno me gusta y como ha dicho su jefe, me parece coherente y muy político.

Me extraña que Pedro I, El Mentiroso, haya expresado algo que es cierto -debe ser el contacto con los exigentes socios- y me parece coherente y muy oportuno casi todo, incluida la creación del nuevo Ministerio de la Amnistía, que en el Boletín Oficial del Estado se llamará Ministerio de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes. Hay muchos ministros que les han puesto en tareas de las que saben bastante poco, y eso es positivo, porque está clara la necesidad de nombrar docenas y docenas de asesores.

Cuando la gente se queje, siempre se les podrá argumentar que son necesarios, porque los ministros son ignorantes en la materia que administran. También hay expertos. Por ejemplo, al exalcalde de Valladolid le han dado el ministerio de Transportes, del cual sabe mucho, porque llenó Valladolid de carriles solo para bicicletas, que, ahora, dado que excepto en sábados y domingos se usan poco, los están quitando.

Por cierto, será el encargado de regalar a los separatistas las estaciones y vías férreas que hay en Cataluña, y enfrentarse a la primera huelga anunciada. El único que me causa cierto recelo es el ministro de Cultura, que ya dijo que criar toros para martirizarlos en una plaza es un anacronismo. Lo progresista es hacerle un carril bici a un repartidor para que pedalee con un paquete de cinco kilos a la espalda y, mientras le falta el aliento, aspire el gasóleo quemado de la furgoneta que le adelanta, quemando el combustible más contaminante. ¿Y la Unión Europea?

Bien gracias, el nuevo ministro de Amnistía ya les ha explicado que es un asunto interno. Me lo temía. Lo que necesitamos es un endocrino que le mire las tripas al sistema y nos explique que el gasto de Sanidad y Seguridad Social es insostenible a medio plazo, y que si seguimos así llegaremos a la situación de la Grecia de no hace tantos años. Ya han salido del abismo. Nosotros nos dirigimos en paz hacia el hoyo. En las Cortes, ya ha dicho el nuevo letrado que la Amnistía cabe en la Constitución. Naturalmente. Le van a dar a la Constitución tanto por allí, que cabrán, de lado, los trenes de mercancía que vamos a regalar a los separatistas.