“No voy a insistir en el contraste entre la gratitud con la que el pueblo herido por el fuego recibe a los Reyes y la cápsula hermética en la que viaja Sánchez”

El análisis de la actualidad, en el monólogo de Jorge Bustos de este jueves 28 de agosto de 2025

- 7 MIN

Buenos días y bienvenido al amanecer de este jueves 28 de agosto.

El horror ha vuelto a suceder en Estados Unidos. El horror en forma de tiroteo en un centro escolar. Esta vez ha ocurrido en una escuela católica de la ciudad de Minenneapolis, donde se estaba celebrando una misa por el comienzo del curso. Hay dos niños muertos y otras 17 personas heridas, entre ellos 14 alumnos

El asesino, que se quitó la vida cuando llegó la policía, es un joven de 22 años llamado Robin Westman. Antes de cometer el crimen había estado publicando vídeos, en los que mostraba un auténtico arsenal de armas, y en  todas ellas había escrito mensajes del tipo “dónde está tu dios” o “matar a Trump”.

En lo que llevamos de año, el número de tiroteos en Estados Unidos asciende a 286: en ellos han muerto 157 niños hasta los 11 años y 676 adolescentes. Pero como la Segunda Enmienda del siglo XVIII protege el supuesto derecho a comprar armas como si fueran chucherías, pues seguirán muriendo niños tiroteados. Católicos o no.

Alemania recupera la mili

Alemania recupera el servicio militar. No cualquier país: Alemania. Ese país que hoy es una democracia admirable, pero que en el siglo XX provocó dos guerras mundiales. No una: dos. El orden mundial que todavía está vigente viene de ahí, aunque hay bastantes señales de que empieza a desmoronarse y todavía no sabemos qué emergerá en su lugar. 

Pero no hace falta ser historiador para darse cuenta de que el hecho de que vuelva el servicio militar a Alemania significa algo para el futuro de toda Europa.

Yo recuerdo que en COU me llamaron a filas. Tuve que ir a la oficina de reclutamiento a pedir una prórroga de estudios"

Jorge Bustos

HERRERA EN COPE

Lo que vuelve no es exactamente la mili. Porque la característica fundamental de la mili es que era obligatoria. Para muchos era un coñazo, para otros un recuerdo inolvidable, un tesoro de anécdotas con las que divertir a tu cuñado, pero para todos era obligatoria. Yo recuerdo que en COU me llamaron a filas. Y como tantos otros de mi generación tuve que ir  a la oficina de reclutamiento de la calle Quintana de Madrid, en el barrio de Argüelles, a pedir una prórroga de estudios.

Que era lo que se hacía, queridos niños, para evitar la mili si contabas con el pretexto de una matrícula universitaria, por ejemplo. Luego llegó Aznar, pactó con Pujol la supresión del servicio militar obligatorio, y ya no tuve que pedir más prórrogas.

Vamos a recordar que Alemania no es el primer país europeo al que Putin y sus veleidades imperialistas lo empujan a plantearse el rescate del servicio militar

El agresivo empoderamiento de Rusia asusta a muchos otros vecinos del este de Europa, que tuvieron sus más y sus menos con la Unión Soviética en el pasado. Finlandia y Suecia abandonaron su histórica neutralidad para solicitar el ingreso en la OTAN tras la invasión rusa de Ucrania. De hecho, Suecia restableció el servicio militar que no es ni obligatorio ni voluntario, sino selectivo: rellenas un formulario y te llaman si te consideran adecuado para el servicio. 

Macron planea instaurar en Francia una especie de “mini mili” de cuatro semanas, y más del 60% de los franceses apoyarían el restablecimiento del servicio militar obligatorio como tal. 

Y en los países bálticos el pánico al avance de los rusos despierta vocaciones militares como nunca antes. 

Por no hablar de Israel, donde los varones deben servir durante un mínimo de dos años y medio, y las mujeres durante dos. Ellos y ellas: todos. Tengan trabajo, matrícula universitaria o no. Cualquier israelí sabe manejar un arma con la misma destreza con la que aquí manejamos un abanico en misa de doce.

Seguridad nacional y Almodóvar

Hablando de Israel. Tenemos en España un experto en geopolítica que además hace cine en sus ratos libres y que exige al Gobierno que rompa del todo las relaciones con Israel.

Es verdad que España sigue contratando armamento con Israel por valor de cientos de millones de euros, sencillamente porque ningún ejército del mundo puede prescindir de la tecnología puntera israelí en seguridad y defensa. 

Pero la seguridad nacional a alguien como Almodóvar le da bastante igual. Por eso pide que se rompan todas las relaciones con Israel.

Pepi, Luci y Bom y los chicos del Peugueot

Es lo que pasa cuando un gobierno está acostumbrado a vivir de los halagos de la izquierda cultural más activista y menos ponderada. Que llega un momento en el que la demagogia choca con la realidad y hasta los tuyos te aprietan para que no te quedes corto. 

Eso sí, no veremos a Almodóvar escandalizarse por las andanzas de Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. Aunque cualquiera de ellos podría servirle para hacer una película: yo propongo Pepi, Luci y Bom y los chicos del Peugueot. O Socialistas al borde de un ataque de nervios. O Todo sobre Begoña.

Pero volviendo a Alemania. Te contaba que el Gobierno del conservador Friedrich Merz ha puesto en marcha la ley para la introducción del nuevo servicio militar con la intención de aumentar sus efectivos hasta los 260.000 soldados, que son los que la OTAN considera que necesitaría este país para resistir, por ejemplo, un ataque de Rusia. 

Eso supone 80.000 soldados alemanes más, cifra que el Ministerio de Defensa germano va a intentar alcanzar sin recurrir a la mili obligatoria. La idea de momento es crear una reserva más amplia de voluntarios.

Hombre, la verdad es que yo no veo a Yolanda Díaz dando su visto bueno a la implantación de algo así en España. A Margarita Robles quizá. Pero recordemos que su jefe, en la última cumbre de la OTAN, eligió colocarse en el margen de la foto para remarcar sus ansias infinitas de paz. Aunque en el fondo lo hacía  para que no se le desmembrase el tinglado de nostálgicos del Telón de Acero que lo sostienen en el Parlamento español.

Pero lo importante de este movimiento de Alemania es que nos invita a tomar conciencia del fin de una era. No quiero sonar apocalíptico, pero no son pocos los analistas que piensan que la era de la fe en la solidez de la democracia liberal, la era de un orden internacional basado en reglas dictadas por el derecho, donde nadie invade a nadie y los países prefieren el comercio a la guerra, esa bendita era podría estar tocando a su fin. 

Los que nos hemos criado en los 90, sobre los escombros del Muro de Berlín, no terminamos de creérnoslo. Y menos siendo españoles, habitantes de esta soleada península ubicada en una esquina del suroeste continental. Pero la cultura de defensa en España es una asignatura pendiente que vamos a tener que cursar obligatoriamente si queremos seguir perteneciendo al club de la OTAN.

Porque algo está pasando. Los nacionalismos resurgen. Estados Unidos pasa de nosotros. Putin no parece el adversario de Trump, sino su invitado de honor. Y las opiniones públicas europeas no quieren enterarse de que vivimos en un jardín rodeado de selva. Y ese jardín, tarde o temprano, habrá que defenderlo.

Quien sí hizo la mili, y algo más que la mili, porque es el comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas, es Felipe VI.

los reyes con las víctimas del fuego

Ayer el Rey y la Reina se calzaron las botas y se personaron en Zamora y en León para atestiguar en persona la devastación provocada por los incendios en este verano de fuego. Iba Don Felipe de paisano, porque de lo que se trataba era de mezclarse con la gente. De mostrar cercanía con los afectados, de escuchar sus historias de pérdida, y también de esperanza. 

Con alguna vecina recordó aquel campamento en Sanabria en el verano de 1978, cuando Don Felipe tenía diez años. No voy a insistir en el clamoroso contraste entre la gratitud con la que el pueblo herido por el fuego recibe a los Reyes… y la cápsula hermética en la que viaja Pedro Sánchez cada vez que sale de Moncloa, precisamente para no exponerse a la espontaneidad del pueblo que se supone que gobierna. Pero cualquier ciudadano con ojos y oídos advierte enseguida la diferencia entre uno y otro.

La diferencia entre quien se toma en serio su papel institucional y quien lo usa en beneficio propio. La diferencia entre quien entiende la vocación pública como un servicio sin horarios a los españoles, y quien la entiende como la satisfacción de un apetito  desordenado de poder personal. La diferencia entre  preocuparse por lo que uno puede hacer por el pueblo, y preocuparse por lo que el pueblo puede hacerle a uno. 

La Linterna

La Linterna

Con Ángel Expósito

Lunes a viernes de 19:00h a 23:30h

Programas

Último boletín

18:00 H | 16 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking