El análisis de Santiago González en 'Herrera en COPE'. Cuenta 'La Vanguardia' que la Lonja del Mar, antigua Cámara de Comercio de Barcelona, elegida por Pedro Sánchez para celebrar su consejo de Ministras del próximo viernes, va a contar con unos mil mozos de escuadra para garantizar el orden u otras finalidades alternativas. A ellos se van a sumar 500 agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil.

Mil mozos va a enviar ese gobernante al que Pablo Casado califica de desequilibrado. Asuntos como este recuerdan aquella anécdota del año 41, en que los falangistas calentaban motores para la División Azul al grito de “¡Rusia es culpable!” El embajador de la pérfida Albión, Samuel Hoare, recibió una llamada del cuñadísimo Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores, que le ofreció enviar más policías para  proteger la embajada, a lo que el embajador replicó con cortés ironía: “no, gracias; bastaría que me enviara menos manifestantes”.

Tal vez Torra podría contribuir a la celebración del Consejo enviando menos cdrs, pidiendo a su familia que se quede en casa, y también menos mozos de Escuadra.

El Sindicato unificado de Policía se pregunta cómo es posible que con 17.000 mossos haya que enviar centenares de policías y guardias civiles. Esa es la cuestión. A mí me parecería bien que se celebrara un Consejo de Ministros en Barcelona, pero la condición era la normalidad, celebrar la reunión sin aspavientos ni alardes, justo lo contrario de lo que lleva haciendo el doctor al respecto, incluyendo las súplicas a Torra de reunirse con él para que le reclame la autodeterminación. Parece surrealista todo ello, pero solo en primera instancia. En realidad es el toque magistral del doctor Sánchez. Si organizó la que organizó con un helicóptero Superpuma para ir a la boda del cuñado en la Rioja, ¿cómo reprocharle la pompa con que celebra un Consejo de Ministros? Y no pregunten en cuánto se nos ponen estos gestos, que es secreto.