El rey de España que puso de moda que tengas en tu casa un cuadro con un paisaje: "Por la erupción de un volcán"
Es la verdadera razón por la que la gente tiene hoy vistas de paisajes en el salón de su casa

La historiadora Ana Velasco le cuenta a Alberto Herrera las curiosidades de la historia sobre los volcanes
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El siglo XVIII fue una época en la que los volcanes no solo marcaron hitos en la historia natural, sino que también dejaron una huella profunda en la cultura y la sociedad de su tiempo. Uno de los episodios más interesantes fue la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., que destruyó las ciudades de Pompeya y Herculano. Este evento no solo tuvo consecuencias devastadoras, sino que, siglos después, inspiró una tendencia cultural que aún perdura en nuestros hogares.
El vínculo entre los volcanes y el arte es mucho más profundo de lo que parece. A menudo, cuando pensamos en los volcanes, nuestra mente se remonta a la naturaleza incontrolable de la Tierra, pero la erupción del Vesubio no solo se recuerda por su devastación, sino también por el fenómeno cultural que se desató en torno a ella. Como explica la historiadora Ana Velasco en su intervención en el programa de Carlos Herrera, la erupción de este volcán en el siglo I no solo enterró las ciudades, sino que más tarde, bajo el reinado de Carlos III, se convirtió en una fuente de inspiración artística.
Carlos III y las "vedutas"
Carlos III, rey de Nápoles antes de ascender al trono de España, fue uno de los grandes promotores del estudio y la conservación de las ruinas de Pompeya. Durante su reinado, a mediados del siglo XVIII, se llevó a cabo una serie de excavaciones que desenterraron las ciudades sepultadas bajo las cenizas volcánicas, lo que permitió un acceso sin precedentes a los restos de la vida romana.

Estatuas ecuestres de Carlos III y su hijo Fernando I en la plaza del plebiscito de Nápoles
Según la historiadora Ana Velasco, fue durante esta época cuando se popularizó la costumbre de coleccionar vedutas, un género pictórico que retrataba paisajes, especialmente aquellos que incluían las ruinas de Pompeya y Herculano. Estas obras no solo eran un símbolo de la fascinación por la historia antigua, sino también un objeto de prestigio para los intelectuales y aristócratas de la época. A través de este fenómeno, los paisajes de ruinas volcánicas llegaron a ser una pieza central en los salones de las casas más elegantes de Europa.
Velasco subraya que las vedutas eran más que simples recuerdos de un viaje; representaban el poder cultural y el conocimiento asociado a los descubrimientos arqueológicos de la época. Los visitantes del Gran Tour, ese famoso viaje de iniciación a las ciudades más importantes de Europa, no solo regresaban con memorias de sus experiencias, sino con estas pinturas que mostraban las maravillas de Pompeya y Herculano, que ahora se consideraban parte del patrimonio europeo.
La popularización de los paisajes
Lo que comenzó como una moda entre la élite se fue democratizando con el tiempo. En palabras de Velasco, la gente de la época compraba una veduta como si hoy en día compráramos un imán o una postal de un destino turístico. Sin embargo, en el siglo XVIII, las vedutas eran objetos de lujo que solo los más adinerados podían permitirse. Y es que, como explica Velasco, la tendencia no se limitaba solo a la pintura. La influencia de la erupción del Vesubio y su relación con la historia del arte y la arqueología se extendió a la decoración de interiores, donde los paisajes volcánicos fueron una constante.
La relación entre los volcanes y el arte, como bien nos recuerda la historiadora, sigue siendo relevante hoy en día. Las vedutas no solo inmortalizaron un momento histórico, sino que crearon una tradición que perdura en las colecciones privadas y en las decoraciones de nuestros hogares. Hoy, si tienes un cuadro con un paisaje en tu salón, una de las razones podría estar directamente relacionada con la erupción de un volcán en el siglo I.

Vista de Pompeya 1864 Alessandro la Volpe 1820-1887
Este fenómeno cultural es solo uno de los muchos ejemplos de cómo los eventos naturales han influido en el arte y la sociedad humana a lo largo de la historia. La erupción del Vesubio, a través de sus ecos en la cultura europea, nos recuerda que lo que hoy parece ser una simple decoración puede tener raíces mucho más profundas de lo que imaginamos.