El día en el que Corea del Norte casi cambia la historia con dólares falsos de Estados Unidos: "Los superbilletes"
En el año 2006, Estados Unidos dijo que Corea del Norte estaba inundando el mercado internacional con unos billetes de 100 dólares que eran falsos

Alberto Herera descubre curiosidades de la historia como los superdolares de la mano de la historiadora Ana Velasco
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En el año 2006, Estados Unidos lanzó una acusación que parecía sacada de una película de espías: Corea del Norte estaba falsificando billetes de 100 dólares con tal precisión que ni los bancos eran capaces de detectarlos. Eran conocidos como “los superdólares” o “superbilletes”, y su propósito no era simplemente económico, sino estratégico: desestabilizar la economía estadounidense.
Ana Velasco, historiadora, lo explicó con claridad en el programa Curiosidades de la Historia de Herrera en COPE: “Se cree que esta era una operación de guerra financiera. El objetivo no era, como podemos pensar nosotros con los billetes falsos, comprar cosas, sino desestabilizar la economía de Estados Unidos”. La operación, que según las autoridades estadounidenses tenía su epicentro en Corea del Norte, consistía en introducir en el circuito financiero internacional billetes falsos tan bien hechos que se colaban incluso en bancos y casas de cambio asiáticas.

Primer plano de un billete de 100 dólares
Los superdólares eran falsificaciones perfectas de los billetes de 100 dólares, realizados con una tecnología tan sofisticada que ni los expertos eran capaces de distinguirlos a simple vista. La situación generó una alarma global que obligó a Washington a actuar con contundencia.
100 dólares
La respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar. Aunque no fue inmediata, en 2013 la Reserva Federal rediseñó completamente el billete de 100 dólares, incorporando medidas de seguridad extremadamente avanzadas. “Fue un rediseño muy complejo, con unas tintas especiales, como con una especie de huella digital”, explicaba Velasco en su intervención. Y no solo eso: elementos secretos que ni siquiera se anuncian públicamente comenzaron a formar parte de los nuevos billetes.
Entre estas medidas están las tecnologías similares a las del DNI electrónico en España, donde cada transacción deja un rastro cifrado. Además, el material utilizado en la impresión también cambió: “Los billetes estadounidenses se imprimen en algodón, no en papel, y ese material ha pasado por diferentes procesos para hacer las falsificaciones mucho más difíciles”.

Nuevo fondo de billete de 100 dólares
Desde entonces, la producción de superdólares desapareció, al menos oficialmente. Pero el episodio dejó claro el poder que puede tener una moneda incluso cuando es falsa. En palabras de Velasco: “Esto fue una auténtica guerra económica entre dos países en conflicto, con los billetes como arma”.
Una guerra financiera
Hoy, los billetes de un dólar siguen sin rediseñarse oficialmente desde 1963, pero, como explicó la historiadora, “extraoficialmente sí han recibido mejoras tecnológicas”. Incluso existen técnicas como la de “mira, ve, toca”, similares a las que usamos en los euros al trasluz, que permiten comprobar la autenticidad de los billetes con ayuda de elementos visuales, táctiles y digitales.
Este episodio de la historia reciente no solo puso en evidencia la fragilidad de los sistemas económicos ante ataques silenciosos como la falsificación de moneda, sino que también obligó a Estados Unidos a evolucionar tecnológicamente en uno de sus símbolos más reconocibles: el billete de 100 dólares.