Antonio Agredano habla sobre su faceta más disparatada: la irrefrenable necesidad de contar chistes
Agredano reflexiona en sus 'Crónicas Perplejas' sobre el misterio de la risa y su papel como el 'graciosete' que busca la carcajada

Escucha el 'Crónicas Perplejas' de Antonio Agredano del 21 de octubre
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El colaborador Antonio Agredano ha compartido una personal reflexión en su sección ‘Crónicas Perplejas’, dentro del programa 'Herrera en COPE'. El periodista ha definido el misterio de la risa como algo único en cada persona, describiendo cómo se manifiesta de forma distinta en su propia familia: desde la de su madre, que "achina los ojos cuando ríe", hasta la de su hijo, "ingenuo".
Un 'graciosete' inoportuno
Agredano ha confesado su tendencia irrefrenable a entretener contando chistes desde pequeño, ya fuera en cenas de Nochebuena o con amigos. Una costumbre que, según ha admitido con humor, le ha llevado a arruinar su "futuro como amante por graciosete", afirmando que es algo que no puede evitar: "He nacido para equivocarme".

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Esta faceta, ha explicado, se desveló pronto en sus primeros viajes de trabajo en COPE, donde asumió el papel de "ser el idiota" que pide los focos para "contar un par de historias ordinarias y cómicas". Una necesidad de humor que le lleva a actuar en cualquier momento, como recientemente en "la cola del baño" de una boda, porque, como él mismo dice, también ha "nacido para ser inoportuno".
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La risa, por Antonio Agredano | Crónicas Perplejas
La recompensa de una carcajada
A pesar de todo, ha asegurado que existe una "pequeña recompensa" en su empeño. Ha descrito la felicidad que siente cuando, tras un silencio, se produce una "explosión de risa". En ese instante, ha afirmado, se siente "feliz por haberle arrancado a los días a un puñado de blandas carcajadas".
Esa felicidad, ha añadido, proviene de la "evasión" y de pensar que "ese tonto chiste, como un terremoto, tendrá sus réplicas y se contará en otro lado a otra gente y sacará un par de risas cómplices más". Para Agredano, el humor es una onda expansiva que trae consigo más alegría.
Una dosis de disparate contra la seriedad
Agredano ha justificado su actitud como un contrapunto necesario a la formalidad del día a día. Frente a un mundo con "demasiada elegancia, severidad, refreno", él elige aportar, porque no puede evitarlo, "una dosis de disparate", "una dosis de frivolidad" y "un puñado de bobada".

La carcajada se asociaba antiguamente a los malvados
Su conclusión es que, entre las obligaciones y la moderación, "siempre hay espacio para las risas, aunque sea una risa culpable, una risa de vergüenza". Para Agredano, la vida ya es suficientemente complicada, por lo que nunca se debería rechazar la ligereza que ofrece el humor: "Demasiado duras son las semanas como para decir no a un chiste malo, largo y a deshoras".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.