Cada verano, en España, nos enfrentamos a incendios que parecen incontrolables, que avanzan sin medida, y que incluso llegan a zonas pobladas. Controlar el fuego antes de que esto ocurra es esencial, pero hay momentos en los que resulta imposible, y lo único que queda es evacuar a la gente de sus hogares.

Es la pesadilla de todos. Ver tu casa reducida a cenizas. Perderlo absolutamente todo. Nadie, solo aquellas personas que lo han vivido, pueden saber realmente lo que se siente.

Este pasado 1 de agosto, en Valdepiélagos -al norte de Madrid-, se declaró un incendio forestal que comenzó en el vehículo de un hombre de 44 años, que finalmente fue detenido por negligencia.

Este incendio, que se desarrolló entre Guadalajara y Madrid, obligó a desalojar a los vecinos de los alrededores, que tuvieron que dejar sus casas a toda prisa debido a la cercanía de las llamas.

Laura Guzmán se encontraba con su marido y sus cuatro hijas en Mesones -localidad perteneciente a El Casar-, en su segunda residencia, cuando fueron desalojados: "La Guardia Civil fue rápida en desalojarnos, pero por fortuna a la casa no le pasó nada. Eso sí, ventanas cerradas y mantener la calma en lo posible"

Tomar el mayor número de medidas posibles, es la única manera de hacer frente a los incendios que cada verano arrasan hectáreas de nuestro paisaje. Hay cantidad de formas de prevenir que un incendio se extienda: como la del Parque Nacional de Doñana. ¿Has oído hablar alguna vez de los burritos bomberos? Precisamente, ellos son los encargados de crear cortafuegos en esta zona.

Luis Manuel Bejarano es presidente de la Asociación El Burrito Feliz de Doñana: "Hoy estamos trabajando muy activamente. Nos encargamos de hacer cortafuegos para que las futuras generaciones puedan disfrutar de estos lugares. Muchos incendios son, desde luego, casi inevitables, pero otros son claramente provocados. Y muchos políticos vienen solo a hacerse la foto."